La ciencia contemporánea se combina, en mucho, con el arte esotérico antiguo de la anticipación (aquel que leía los vuelos del humo y se asombraba ante las entrañas de las aves) ya que es ahora medio capaz para predecir los espasmos del planeta (terremotos, tsunamis), el desordenado asedio de huracanes y tifones, incluso de las tormentas de arena en el Sahara y -no menos maravilloso- el paso de aquello que atormentó e hizo escribir fábulas bíblicas a babilonios, egipcios, mayas y hebreos, es decir el veloz paso de bólidos y estrellas fugaces por el cosmos: fuegos y raudas que invaden la atmósfera con eclipses, hallazgo de miles más de astros, ensombrecimiento del sol, oscuridad y declive de lunas, ocaso, todo ello fermento y sustancia fértil, como parte de la ignorancia humana, para la superstición...
El domingo 15 de mayo lloramos la luna roja y los corazones osados de la resistencia histórica y cultural de Honduras.
Casi al mismo tiempo se desvanecieron y penetraron al crepúsculo, rindiendo sus agónicas fuerzas, Selene (cual los griegos nombraban a la luna, “mujer de luz y destello”) y el corazón de uno de los hombres más dignos, brillantes y respetados de Honduras, Víctor Meza, así sin adjetivos académicos pues ya por sí mismo los había conquistado en vida.
En su placa mortuoria hubiera bastado con inscribir: “Aquí yace un patriota”.
Víctor fue durante conflictivas décadas (entre 1970 y 2020) la figura del intelectual productivo (no aislado), como lo definió desde su dialéctica Aristóteles, pues fue partícipe en combates culturales y reales, sufrió espionaje, persecución, amenaza, envidia e incluso cárcel, del mismo modo que, en el opuesto espectro, ganó a pulso y casi diariamente muy elevados respetos como pensador, analista, investigador, maestro y escritor.
Inteligente y no sólo para las ciencias, supo encontrar a una compañera a la altura de sus inquietudes vitales y espirituales, con la que formó cálido hogar, lo que es el sueño de todo equilibrado varón.
Y finalmente, como para secar el tintero de las aspiraciones, estuvo presente en el círculo airado del poder y las negociaciones políticas más allá de lo local, habiendo sumado sus sueños y esfuerzos para hacer que la revolución de la dignidad y la justicia se implantara en Honduras y Centroamérica.
En cinco años que compartimos el campus de la UNAH, como tampoco en cercanas reuniones, jamás le oí alzar la voz, intimidar o imprecar más allá de mascullos casi ininteligibles. Su metodología crítica y su equilibrio personal eran envidiables.
Distinto de los eclipses naturales (ékleipsis, que significa desaparición, abandono), y que son fenómenos cíclicos, a menos que se acepte la transmigración de las almas Víctor no volverá a la Tierra, no por lo menos con la misma personalidad, por lo que es mejor concentrarnos en hacer que los jóvenes no sólo conozcan su obra sino particularmente su carácter esculpido sobre la fresca arcilla de la ética, su perenne dedicación al estudio y el predominio de la razón, su ideología de moderna izquierda y, al grado de conformarse en modelo, su rectitud, amor y devoción a la patria y su honestidad.
Salve, pues, adelantado hermano. Guardo la satisfacción de haberte dicho parecidas palabras en vida.