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Tratamiento alternativo para la leishmaniasis

La leishmaniasis en sus diferentes formas afecta miles de personas en diferentes partes de Honduras. Esta enfermedad es causada por un parásito flagelado y es transmitido por una pequeña mosca silvestre del género Lutsomia.

La forma más visible es la leishmaniasis cutánea que produce úlceras en la piel de la cara y las extremidades. En la cara causa deformaciones en la nariz, los labios y las orejas. Lo peor es que no responde a los antibióticos y deja deformaciones permanentes. Los niños y jóvenes son los más afectados, aunque puede darse en familias enteras cuando viven cerca de zonas selváticas.

En algunas regiones la enfermedad es endémica, como en Dulce Nombre de Culmí y San Esteban en Olancho, Santa Cruz de Yojoa, Santa Bárbara y Cortés. Recientemente se reportó un brote en comunidades del municipio de Omoa. La forma subcutánea prevalece en el sur de Honduras, Amapala, Valle y otros municipios de Francisco Morazán.

La Secretaría de Salud ha hecho esfuerzos esporádicos para contener la transmisión de esta enfermedad.

El tratamiento usual ha sido una sal de antimonio llamada glucantime en forma inyectable durante 20 días (una inyección diaria). Este medicamento no ha sido aprobado por la Dirección de Alimentos y Drogas (FDA) de Estados Unidos porque es tóxico y además su aplicación es impráctica en las zonas rurales en donde no hay quién aplique una inyección.

Hace un par de años se ha comenzado a ensayar un método alternativo a manera experimental.

Se trata de aplicar una crema con ácido aminolevulínico (5ALA), un aminoácido no esencial, en la úlcera, el cual sensibiliza a los parásitos para la aplicación de una luz roja de 665 nm mediante una lámpara de frecuencia única. La luz no quema, pero sí mata los parásitos sensibilizados.

El 5ALA también puede ser administrado por vía oral y después de unas horas aplicar el rayo de luz roja.

Este método ha sido usado con éxito en varios países, comenzando en Israel, Costa Rica, Panamá y aquí en Honduras en la comunidad de La Llorona, de Dulce Nombre de Culmí, con el patrocinio de la Clínica El Buen Pastor de Santa María del Real.

Las fotos de las lesiones en los enfermos de antes y después del tratamiento son impresionantes.

Comparando el costo del tratamiento con inyecciones de glucantime y la compra tres o cuatro lámparas de luz roja de frecuencia única, la Secretaría de Salud se ahorraría muchos miles de lempiras en el tratamiento de los enfermos afectados con esta terrible enfermedad.