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Puño de próceres

La pluma del admirado historiador Juan Valladares provee en revista EXTRA del poeta Óscar Acosta (XI, Junio 1971) lúcida información para resumir que María Antonia Herrera, abuela paterna del general José Trinidad Cabañas, fue hija legítima de José de Herrera y Leocadia Rivera, también padres de María Francisca, José Antonio, María Mercedes, María Manuela, Francisca, Juan Jacinto, María Escolástica y María del Carmen Herrera Rivera. De esos hermanos Jacinto casó en primas nupcias con Paula Díaz del Valle, tía carnal del sabio Valle, unión de que nacieron Dionisio, Justo y Próspero de Herrera.

El padre del general Cabañas fue primo hermano carnal de Dionisio de Herrera y este a su vez de José Cecilio (...).

Enviudando de Paula del Valle, Jacinto contrajo matrimonio con Isidora Borjas, viuda de Andrés de Cepeda. En la información matrimonial del Br. Francisco Márquez, cura de la Villa de Tegucigalpa, en enero de 1809 aparece declarando “Dn. Josef María Cavañas, vecino de 36, quien premiso el juramento del caso ofreció decir verdad en lo que fuese interrogado”; y dice: “que conoce de trato y comunicación a su tío Dn. Juan Jacinto Herrera, Alcalde Provisional de este Noble Ayuntamiento, y a doña Ysidora Borjas, viuda últimamente de Dn. Miguel Guerrero” (afortunada dama, tuvo tres matrimonios)...

Esta declaración confirma dos hechos apuntados arriba: el cercano parentesco entre Dionisio de Herrera y José María Cabañas, y la época del nacimiento de este, ocurrido en 1771 o 1772.

Céleo Arias refiere que cuando fue sitiada Comayagua por tropas federales al mando del coronel Justo Milla, en 1827, el padre José María Cabañas se presentó con sus tres hijos Trinidad, Urbano y Gregorio al jefe de Estado Dionisio de Herrera para ofrecerle el servicio de sus muchachos (...) “y desde ese día el joven José Trinidad Cabañas se hizo notable por su entusiasmo y valor”.

Cabañas no procreó hijos con Petronila Barrios (hermana del prócer salvadoreño Gerardo Barrios). “De sus hijos naturales, si acaso, conozco a Rafaela Cabañas, casada con Manuel Antonio Ugarte, hijo legítimo de Dámaso Ugarte y María Francisca Laínez. La abuela materna de Juan Lindo, Rosa Fiallos, fue hermana de Manuel Fiallos, abuelo materno del general Cabañas; de modo que este y Lindo eran primos”.

Capitán heroico de huestes morazánicas, se lo apellidó en vida “Caballero sin Tacha y sin Miedo” pues ninguna violenta osadía o arriesgada contienda pudo amedrentarlo. En dos ocasiones (Guatemala y San José) lo comisionó Morazán para romper el cerco del sitio que los circundaba, lo que hizo a perfección aunque con cicatrices de heridas.

Por cierto tiempo los biógrafos se preguntaron por qué Trinidad escasamente ganaba batallas y más bien sumaba pérdidas, explicación que aportó uno de sus contemporáneos: “Es que el General no se satisfacía con dirigir las maniobras desde la alta colina sino que con ímpetu patriótico se lanzaba a bregar desde primera línea, lo que le imposibilitaba el manejo estratégico”.

Fue tan probadamente honrado y pulcro que don Juan Valladares sentencia: “un pelo de la barba de Cabañas es todo un programa de gobierno: resume la probidad, entereza y valor cívico de que tanto necesita nuestra pobre Honduras”.