Caco es personaje malvado en la mitología griega (Cacus en latín), hijo de Hefesto (Vulcano entre latinos), hombre y sátiro gigante que vomitaba llamas y humo. Vivía en monte Aventino del Lacio (Roma al presente), a cuya puerta colgaba, para horror de sus habitantes, la cabeza sangrosa de los humanos que devoraba.
En la Eneida (epopeya del siglo uno) Evandro dice a Eneas que Heracles (llamado Hércules entre griegos) derrota a Gerión y secuestra sus bueyes, cuyo rebaño conduce a orillas del Tíber, cerca de la morada de Caco. Duerme Heracles mientras pastan y Caco le roba cuatro parejas de reses que lleva a su cueva arrastrándolos hacia atrás por el rabo, para impedir que dibujen huellas. Cuando Heracles despierta y sale de esos pastos el ganado muge lastimeramente en dirección a la cueva, donde una vaca bala y llama a otras. Se cede la palabra a Miti Wiki para que escriba un resumen.
Heracles asalta con ira la cueva. Caco había bloqueado la entrada con una roca enorme que sostenían firme las cadenas que forjara Hefesto (dios de herreros), pero Heracles devana la cima de la montaña para abrirse paso y Caco le ataca escupiendo remolinos de brasas y humo, a lo que Heracles se defiende con ramas de árboles y turuncas del tamaño de un molino. Extraviada finalmente la paciencia, Heracles salta sobre la cueva, se encamina a la zona en que el humo es denso, captura a Caco y lo estrangula. Asevera Ovidio que lo mató a golpes de porra. La mitología griega y la Biblia son catálogos malevos de las más grandes perversiones de la humanidad, no hay crimen que no ocurra allí. Otra versión cuenta que cuando Heracles pasó con el resto del ganado ante la cueva de Caco, donde había escondido las reses robadas, estas empezaron a llamarse unas a otras, comunicación que él comprendió.
Según la mitología romana Caco era el dios del fuego, pero luego se degradó y fue sólo el gigante descrito. El mito romano dice que su hermana Caca lo traicionó avisando a Hércules dónde quedaba la cueva o escondite del ganado hurtado. Tras matarlo Hércules funda un altar en que llega a celebrarse posteriormente el gran foro Boario o mercado ganadero muy importante en Roma, siendo por ende de fuerte circulación monetaria. Los habitantes de Roma celebraban allí cada año una fiesta en honor de Heracles, existiendo antiguos grabados en piedra que representan a Caco a la hora del robo, mientras que en otros se le muestra derrotado y ya inerte a los pies del héroe, dando vivas en torno el agradecido pueblo. Caco aparece por veces con cabeza de animal sobre cuerpo humano.
La figura y hazañas de tal dios se fueron simplificando y siendo tradición culta. Cuando el Renacimiento era Caco patrón de los ladrones, mientras que en la novela La Gitanilla Cervantes llama al hurto y sus triquiñuelas «una ciencia de Caco». De allí que Caco sea hasta el presente sinónimo de ladrón.
La mitología es metáfora, cual los libros sacros (Biblia, Vedas, Corán) que sólo el tonto cree verdad. Pero algo encierran cierto y es la resemblanza, como ahora en que criminales tipo Caco muestran abundante descendencia en nuestra nación, gobernada por ladrones y con necesidad de un Heracles que destruya su animalidad, vuelva las vacas del erario y cuelgue en horca a tan perversa fuente de mal.