Las palabras son, antes que cualquier cosa, símbolos y son más interesantes cuando refieren aquello que no vemos, es decir, nuestro ser simbólico, tanto individual como colectivo. Es por ello por lo que he decidido (con consenso de absolutamente nadie) seleccionar varias palabras que, desde mi perspectiva, marcaron a Honduras este 2023. Como buen docente de letras, quise elegir una por cada categoría gramatical con significado: sustantivo, adjetivo, verbo, adverbio.
Comenzaré con la categoría gramatical más importante de una oración: el verbo. La acción de “dialogar” es indispensable para toda democracia. Y esta es una palabra que se repitió de uno y de otro bando político, y resonó a más no poder en los medios de comunicación. Y habrá quien diga que más bien esto fue lo que hizo falta, pero es que es justamente por eso que la menciono, como expresó Alejandra Pizarnik en su célebre poema “En esta noche, en este mundo”: “Las palabras no hacen el amor / hacen la ausencia / si digo agua, ¿beberé? / si digo pan, ¿comeré?”. Entonces yo digo (y perdón por vulgarizar el poema): si digo diálogo, ¿dialogaré?
Adjunto al verbo se escribe el adverbio cuya función es darnos más información del verbo o precisar sobre él. Para esto recurriré a un típico adverbio terminado en -mente: “nuevamente”. Creo que este 2023 tuvimos más de lo mismo, y no hablo solamente de política, sino que en términos generales la población ha percibido que nuevamente hay violencia, nuevamente hay alza de precios, nuevamente hay inestabilidad, nuevamente hay calor difícil de soportar, nuevamente hay decepción en la población, hasta la Selección Nacional nos desilusionó, pero apelando al optimismo necesario y hasta natural en el ser humano, es necesario que nuevamente nos levantemos y volvamos a creer en este proyecto llamado Honduras.
Dentro de los sustantivos hay varias clasificaciones: individuales y colectivos, concretos y abstractos, contables y no contables; y comunes y propios. Creo que bien podría ser un sustantivo propio: Mauricio Dubón. Este pelotero hondureño ha demostrado lo que se puede lograr con mucho trabajo, optimismo (del bueno y real) y la correcta orientación. Lo que ha logrado este año es impresionante y no tiene ningún precedente contando sobre todo que este es un país prácticamente futbolero y que todos los deportes pasan a un segundo plano. Es cierto que hay sustantivos comunes que pudieron estar aquí y que tienen implicaciones muy serias para cada hondureño, pero el país también es Mauricio Dubón dando batazos con los mejores del mundo.
Pero por otra parte como adjetivo creo que ha sido un año trágico. Han sido muchas las tragedias: muertes en carreteras, muertes violentas, muertes por enfermedades que en otro sistema sanitario quizá se pudieron evitar, la tragedia humanitaria que viven los migrantes que pasan por nuestro país, y cada comunidad puede añadirle su propia historia de dolor.
Y quisiera dedicar justamente las palabras finales de este artículo a todos los hondureños que debido a nuestra idiosincrasia han fallecido antes de tiempo, por la razón que sea. También a sus familiares, que son los que han vivido el verdadero dolor de ser hondureño. Ojalá que el próximo año haya muchos nombres propios que mencionar y otros anónimos (que somos la mayoría) que apuntar, que vengan y salven nuestros días en estas Honduras.