La voz de auxilio de la Tierra

Como el cuerpo nos alerta cuando abusamos de él, nuestro planeta envía mensajes a la humanidad que, sin embargo, son ignorados por la mayoría de países, organismos multinacionales y las personas en particular. El calentamiento global es un clamor desgarrador de la Tierra

La humanidad enfrenta enormes desafíos. Las guerras y confrontaciones sociales están a la vista y a la orden del día. Sin embargo, hay dos problemas enormes que ya están presentes y que provocaran crisis gigantescas en los próximos, años y décadas: el calentamiento global y la desinformación.

La desinformación es agobiante y creciente. De hecho, me atrevo a afirmar que apenas estamos ante la punta de un iceberg gigantesco y ese es un tema recurrente en el mundo de la información. Hoy me enfocaré en el calentamiento global, en la forma en que no se está combatiendo y sus efectos en el corto y mediano plazo.

En realidad, la problemática ambiental, aunque se discute una y otra vez en foros especializados, no termina de ser aceptada por los gobiernos y las sociedades en su conjunto como un gran reto para la humanidad, y la retórica se ha vuelto repetitiva, pero sin alcanzar soluciones. Ni siquiera se puede decir que hay avances significativos.

Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM), el año 2024 ha sido el año más caluroso en la Tierra desde que se puede medir la temperatura global. De hecho, el año pasado se completó la década más caliente para la Tierra. Ahora mismo, Estados Unidos vive una ola de calor, pero más sufrirá Europa con la llegada en unos días de lo que se ha llamado “cúpula de calor”, la cual elevará la temperatura en muchos países del Viejo Continente a niveles por encima de los 40º Celsius.

El Acuerdo de París, suscrito en 2016 por 193 países y la Unión Europea, contempla que se debe controlar el calentamiento del planeta, pero esto no se ha logrado y, por el contrario, pareciera que la tendencia es al alza. Como esto, hay muchos índices y ejemplos de las “advertencias” o “mensajes” que la Tierra envía a la humanidad, pero poco o nada se hace, según regiones o países.

El gigante Estados Unidos, por ejemplo, se ha apartado de una serie de políticas ambientalistas y Donald Trump apuesta por invertir en seguir extrayendo combustibles fósiles, productores de las emisiones de gases que contribuyen a ese sensible calentamiento global. El 80 por ciento de las emisiones globales provienen de los países que forman el G20, que es el grupo de países más avanzados y desarrollados.

Curiosamente, mientras el mundo clama por mayores controles, las grandes potencias piensan ya en explotar el ártico extrayendo petróleo y gas natural, lo que confirma que la transición energética, de la que se habla desde hace ya algunas décadas, lleva un ritmo lento y a veces hasta en retroceso.

Los pronósticos pesimistas –aunque basados en información confiable–, apuntan a que este siglo XXI verá crisis significativas derivadas del calentamiento global, producto de la pérdida de los glaciares, con la consecuente elevación del nivel de los océanos.

No se trata de ser apocalípticos. Sin embargo, aunque ha mejorado lo que podríamos llamar “conciencia social”, aún no hay impacto suficiente ni provocan los gobiernos impulsen políticas eficaces para mitigar los peligrosos síntomas que vemos.

Algunas corrientes siguen pensando que el tema ambiental responde a discursos ideológicos. Las políticas ambientalistas se han atribuido principalmente a los gobiernos de tendencia socialista. Sin embargo, el tema ambiental debe ser tratado más allá de las ideologías, pues el daño o beneficio que se obtenga con las políticas que se apliquen, afecta por igual a izquierdistas y conservadores.

La ciencia climática –para llamarla de alguna manera– nunca ha sido más clara en su lectura de las voces que eleva la Tierra: olas de calor; desertificación y pérdida de productividad agrícola; alteraciones climáticas; deshielo en los polos; y colapso de ecosistemas... ¡hay que escuchar!

Pero ante esas voces de alerta tan fuertes, la acción política sigue siendo débil o exageradamente débil.

Se ha intentado –vanamente– crear un movimiento llamado “multilateralismo climático”. Se estableció la “Conferencia de las Partes” (COP) sobre el cambio climático. A la fecha se han realizado 29 de estas reuniones anuales, sin que sus deliberaciones y acuerdos se plasmen en políticas dinámicas que promuevan un cambio de rumbo en el tema ambiental. Al menos no con la velocidad que la Tierra lo demanda.

El mundo está agobiado por la inmediatez. Preocupan las guerras –Ucrania y Medio Oriente– y la economía con sus vaivenes globales, –como se ha visto con la famosa “guerra de aranceles” de Trump–. Son temas dignos de la mayor preocupación, pero no debieran relegar el tema del calentamiento global. La Tierra, esa que clama por atención, es el único hogar que tenemos... y lo estamos acabando.

La Tierra nos recuerda que la estamos destruyendo. Cuando la temperatura del cuerpo sube, los efectos que sentimos pueden ser muy fuertes. Cuando la Tierra se calienta, podemos esperar dolor y sufrimiento.

Te gustó este artículo, compártelo
Maluma fue ignorado en MET Gala 2019
El cantante colombiano se viralizó en las redes sociales al pasar desapercibido durante su paso por la alfombra rosa de los MET Gala 2019
Keep WatchingNext video in 8 seconds
0 seconds of 11 secondsVolume 0%
Press shift question mark to access a list of keyboard shortcuts
Próximo
Tierra Adentro desde el colonial municipio de Pespire
03:19
00:00
00:11
00:11
 
Últimas Noticias