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¿La puerta al mundo?

Los aeropuertos son puertas al mundo, lugares de llegada y salida, despedidas y reencuentros, de alegría y lágrimas. Para Tegucigalpa, este lugar ha sido el Aeropuerto de Toncontín desde 1921. Sin embargo, Toncontín tiene una dudosa fama como el segundo aeropuerto internacional más peligroso del mundo. Ahora se supone que el aeropuerto de Palmerola solucionará esta situación. El expresidente Manuel Zelaya consideró por primera vez el uso de Palmerola como aeropuerto internacional, ahora, más de una década después, el proyecto es una realidad. Este proyecto es una combinación de inversiones privadas y estatales (en gran medida del “Fondo Honduras-España” para conversión de deuda).

La empresa alemana, München Airport International GmbH (MAI), actuó en calidad de asesora durante su implementación. La operación será realizada por MAI y el socio hondureño Emco. La experiencia de MAI en la operación del segundo aeropuerto más grande de Alemania garantizará que Palmerola cumpla con los últimos estándares técnicos y conceptuales. Se puede asegurar que MAI ve un potencial comercial significativo en dicho proyecto.

Sin embargo, nadie podría haber previsto una pandemia mundial que afectó gravemente a las previsiones de pasajeros e ingresos. Tendrá que pasar mucho tiempo antes de que Palmerola supere la marca del millón de pasajeros. A modo de comparación, antes del covid-19, el aeropuerto más transitado del país era el Aeropuerto Ramón Villeda Morales en SPS con poco menos de 900,000 pasajeros internacionales anuales. Con una recuperación gradual de la economía, especialmente en el sector de turismo, esta marca se puede alcanzar a mediano plazo.

La desventaja para los otros aeropuertos nacionales es que los pasajeros internacionales se trasladarán directamente a Palmerola como resultado de la relación económica entre oferta y demanda. Simplemente no hay otra opción para los vuelos internacionales con destino a Tegucigalpa y a la capital industrial de SPS, que también se enfrenta a una fuerte competencia. Sin un crecimiento significativo de pasajeros para toda Honduras, solo habrá un cambio modal sin crear nueva riqueza.

El aeropuerto de Palmerola podría convertirse en un símbolo fuerte para Honduras como república del turismo en los próximos años. Sin embargo, la retórica utilizada para comparar Palmerola con el aeropuerto de Tocumen en Panamá es engañosa. En lugar de siete puertas de embarque, el Aeropuerto de Tocumen cuenta con 62 puertas de embarque, pistas más largas y una distancia significativamente más corta a la capital. Eso nos lleva quizás al mayor obstáculo debido a la geografía: la distancia de 73 kilómetros a Tegucigalpa tiene un impacto directo en la “experiencia del cliente”, ya que los pasajeros pagan mucho dinero por un vuelo internacional y esperan un servicio adecuado después de aterrizar. Un viaje en autobús incómodo sería una muy mala bienvenida.

En Honduras mueren alrededor de mil personas en accidentes de tránsito cada año y por otro lado existe el riesgo de la delincuencia durante el viaje en carretera. Por lo tanto, se necesitan autobuses de traslado de buena calidad que sean operados por el operador del aeropuerto y llevados de manera segura a su destino por choferes capacitados. Los taxis VIP y vuelos de traslado a Tegucigalpa que funcionen también son indispensables para el éxito del nuevo aeropuerto. Entonces se puede decir: ¡Gracias, Toncontín! ¡Vamos, Palmerola!