Para quienes nos dedicamos a las palabras (oficio bastante raro) uno de los ritos más especiales de final de año es la selección de la palabra del año. No se trata de un hecho curioso, no. No es nada más el dato. Las palabras son un espejo de la vida y del mundo, por lo que, una palabra que represente hacia dónde ha ido la sociedad global en los últimos doce meses exige un mínimo de contemplación. Quizá unos minutos de reflexión humana y filosófica.
Solo fijémonos en las palabras elegidas en el último lustro, por ejemplo, por la Fundación del Español Urgente. 2015, “refugiados”; 2016, “populismo”; 2017, “aporofobia”; 2018, “microplástico”; 2019, no fue la palabra “emoticono” o “emoji”, sino los emoticonos en sí mismos. Antes se habían elegido “selfi” y “escrache”. La de 2020 aún no se anuncia. La elección, lógicamente tiene que ver con el protagonismo que haya tenido durante el año.
Las siete palabras antes mencionadas pueden servir para describir perfectamente el devenir social de los últimos tiempos. Y son nada más siete entre más de cien mil. Y eso que el subregistro es aún muy grande. Natural en una lengua que se habla en más de una veintena de países.
Elegir una palabra que haya resaltado durante el año no es una práctica exclusiva de español. De hecho, en inglés Oxford eligió no una, sino doce palabras para 2020. Una elección muy compleja para un año complejo. Lógicamente la mayoría de palabras están relacionadas con la Pandemia del Coronavirus (que debe comenzar a escribirse con inicial mayúscula por ser un acontecimiento histórico): “coronavirus”, “distanciamiento social”, “reapertura”. También se pensó en otros acontecimientos sociales como las protestas en los Estados Unidos de Black Lives Matter (BLM).
En alemán también se ha elegido la palabra del año por la Sociedad para la Lengua Alemana (GfdS). Oh sorpresa: “Corona-Pandemie”. Evidentemente no necesita ningún tipo de traducción (poco frecuente en un término alemán).
Es posible que también en español nos decantemos por “coronavirus”, “cuarentena”, “distanciamiento social”, “teletrabajo”, incluso podría llegar a ser “vacuna” o “bioseguridad”. Yo ni siquiera descartaría una oración finalizada con puntos suspensivos: “cuando acabe esto…”. Este año más que nunca las realidades de todos los países, al menos en un sentido, estuvieron unidas. Por eso es difícil elegir una palabra que no nos suene común a todos.
Como hombre que se dedica a las palabras entiendo que la realidad de ellas cambia según unos factores condicionantes: época, región, estrato, momento, interlocutor, entre otros. Es cierto, cualquiera que sea la palabra calzará con la realidad vivida este año por los hispanoparlantes, sin embargo, de todas maneras, quiero pensar cuál sería la palabra o las palabras 2020 para Honduras. Creo que es una bonita tarea.
Demos por sentado que todas las íntimamente ligadas a la pandemia las importaremos del español en general. ¿Cuáles nos quedan?, ¿corrupción?, ¿negligencia?, ¿desastre?, ¿desobediencia?, ¿abandono? No quiero sonar pesimista, así que tal vez… ¿Esperanza?, ¿oportunidad?, ¿solidaridad?, ¿empatía?
Y tampoco estaría de más pensar en cuál ha sido para usted (sí, solo para usted) la palabra del año. ¿Le saca una sonrisa o una lágrima? Es probable que las dos.