Columnistas

La ciudad de las flores

Nuestra ciudad es un jardín. Cada casa, cada barrio, cada calle está llena de flores. Es hermoso ver cómo se cultivan flores en los patios, en maceteras, en troncos y en cualquier recipiente reciclable.

Son muchas las familias que tienen el cultivo de flores como pasatiempo y que se empeñan para que sus jardines luzcan hermosos. Algunas se especializan en determinadas especies y todas sus variedades: orquídeas, geranios, rosas, anturios, cactus, heliconias, bromelias y otras comunes o exóticas. Hace muchos años existe en la ciudad un club de jardinería integrado por mujeres que se lucen embelleciendo espacios en diferentes eventos cuando se los solicitan y cuyos jardines familiares son una belleza acogedora. Adornan la ciudad bellos muros con flores colgando. Tenemos flores todos los meses, todos los días. En abril, la belleza de las flores de las acacias, los macuelizos, caraos y algunos sanjuanes hacen hermoso el paisaje. Las flores permanentes de las bugambilias o napoleones le dan vida a la ciudad, muchas casas adornan sus cercas con los variados colores de las flores de los napoleones. La calle 21 de Agosto está llena de flores multicolores de esta bellísima especie. Chinas, geranios, margaritas, rosas, anturios, flor de seda, siemprevivas, llama del bosque, flor de pino, San Carlos, bastón de la reina y mar Pacífico están aquí en cualquier jardín de casa. En diciembre tenemos flores que caracterizan nuestro municipio: son las flores de tatascán y girasol silvestre las que adornan la orilla de la carretera internacional y caminos rurales. Estas hermosas flores amarillas nos hacen sentirnos en Navidad. Siguatepeque es un vergel hermoso, acogedor y relajante. Cada universidad, escuela, colegio, cada jardín de niños es eso: un jardín. En los últimos años el Festival de las Flores, excelentemente organizado por algunas empresarias locales, ha incentivado aún más a la población a valorar el cultivo de las flores. Esta actividad cultural, que ha tenido un fuerte apoyo de una parte del empresariado con mayor visión para aprovechar el turismo nacional e internacional, ha posicionado a Siguatepeque como la ciudad de las flores y ha abierto una oportunidad a todos los sectores de la sociedad para hacer negocio. En este tiempo en que la ciudad es visitada por hondureños y extranjeros, la gente de Sigua pone en acción su sensibilidad, su capacidad de servir y amabilidad para dar el mejor trato a quienes abren sus ojos y su interés a esta ciudad de las flores.

Lastimosamente no se ha desarrollado empresarialmente la producción de flores en esta región. Hay en el municipio solamente dos empresas grandes que cultivan flores a gran escala.

Los viveros locales, ubicados en su mayoría en el corredor de la carretera CA-5, no producen todas las plantas y flores que venden. Hacen falta empresarios que, aprovechando las bondades de nuestro clima, inviertan en la producción de flores. Hay pequeños y hermosos emprendimientos como La Casa de los Anturios, que produce esta flor tan hermosa. Esta pequeña empresa originalmente presta el servicio de hospital de plantas. Aquí la gente puede llevar sus plantitas enfermas para que las manos y el cariño de doña Marcia Cano las curen, después de un dedicado y delicado tratamiento.