Columnistas

Es necesario escuchar a los jóvenes

Cuánto le puede costar a las autoridades que gobiernan el país escuchar y respetar a los jóvenes, muy poco; pero a futuro le representaría grandes ganancias.

Muchos problemas en el país se podrían resolver en la medida que seamos capaces de dialogar abierta y constantemente con nuestra juventud. A ellos más que a nadie les importa su futuro, el cual lo sueñan prometedor, pero la realidad no es así.

Estamos invirtiendo mucho dinero para que salgan de esas organizaciones delictivas y para que otros no caigan en esas redes, pero no hemos hecho un esfuerzo para oírlos, para conocer qué piensan y qué soluciones dan a los problemas del país.

En Honduras pareciera que gobernantes y jóvenes hablaran idiomas distintos; un error que actualmente ya se está pagando muy caro. Queremos garantizarles seguridad física, pero irrespetamos su voluntad, porque desconocemos cuáles son sus demandas.

Mientras no haya una comunicación sincera y de respeto, ellos nunca tendrán un ambiente propicio para expresarse.

No es extraño que en las sociedades donde no se les escucha, los jóvenes manifiesten sus inquietudes de manera violenta en las calles, obteniendo como respuesta estatal las brutales represiones policiales y militares.

Entendamos que muchos problemas de futuro los podríamos solucionar en la medida que los diálogos se den con el respeto de la diversidad, la pluralidad y teniendo presente que esta es una sociedad eminentemente joven.

No muy lejos de esta nación, ya hemos visto ejemplos sobre como los estudiantes- tanto de secundaria como de la universidad- han puesto a temblar a los gobernantes sordos. ¿Tendremos que pasar por esto para que la juventud sea escuchada?

Con autoridades sabias eso no debería suceder, de lo contrario la rebeldía germinará en la sociedad. Oír a nuestros jóvenes, educarlos, darles salud, seguridad y oportunidades, sin duda que encaminaría a una transformación, porque a la larga eso es una inversión. Ojalá que quienes gobiernan un día lo entiendan