Enfrentemos

Nuestra democracia, a 43 años, aún está en proceso de consolidación y siendo un ejercicio de labor ciudadana. Más que votos, exige convicción, compromiso, participación y vigilancia

  • 14 de junio de 2025 a las 00:00

Nuestra democracia, a 43 años, aún está en proceso de consolidación y siendo un ejercicio de labor ciudadana. Más que votos, exige convicción, compromiso, participación y vigilancia. Los embates a nuestras instituciones por parte del grupo del PLR que usufructúa el poder de la nación, en su provecho particular, se intensifican.

¿Qué hacemos para defender nuestra democracia? ¿Cómo la vivenciamos? Lo primero, obvio, es asumir nuestra responsabilidad ciudadana. “No, no, no basta rezar. Hacen falta muchas cosas para conseguir la paz”. Pero también reconocemos el invencible poder de Dios.

Indignarse en chats y redes sociales o depositar el voto cada 4 años, tampoco basta. Se requiere nos eduquemos, nos organicemos, dialoguemos y nos movilicemos. Desde nuestras diferencias. Pero determinados en enfrentar amenazas dictatoriales. En todo espacio posible: en las calles, en cada espacio comunitario en donde fragüemos el poder del pueblo.

La voz colectiva que se eleva en protesta, como manifestación pacífica, es esencial para el fortalecimiento del sistema democrático. Pero la protesta cívica tiene que ser coherente: tiene que ser respetuosa de los DD.HH., y ser claro, con meta definida. La protesta es amor por nuestra Honduras. Una forma de amarla, de protegerla, y con ello proteger nuestras familias, nuestros recursos naturales y tanto más.

La protesta no es loca anarquía. La Vigilia Cívica convocada por varios ciudadanos y por la organización Mujeres por Honduras desde el 21 de marzo al 8 de abril, día de la Declaratoria de las elecciones y después de Semana Santa, todos los viernes, es una expresión de ciudadanía activa, consciente y responsable de sus deberes patrios.

Más allá de ser protesta, es afirmación en la defensa de la legalidad, del voto como poder real y de potencial transformador. La Vigilia Cívica es paradigma de dignidad, de unidad y de resistencia democrática. La luz que cada viernes se enciende, es una chispa permanente de compromiso con nuestra patria.

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