Columnistas

El lado oscuro de algunas ONG

Según la definición de los organismos internacionales de cooperación, las ONG son organizaciones independientes y sin ánimo de lucro que surgen a raíz de iniciativas civiles y populares y que por lo general están vinculadas a proyectos sociales, culturales, de desarrollo u otros que generen cambios estructurales en determinados espacios, comunidades, regiones o países.

Las ONG surgieron con una misión encomiable, generar cambios importantes con el desarrollo de proyectos económicos, sociales y culturales. Surgen después de la Segunda Guerra Mundial para enfrentar los problemas derivados de una guerra devastadora que afectó a todo el planeta, los problemas derivados de la misma requerían la atención urgente para evitar males mayores a la población, especialmente a las personas de los países pobres. Luego de siete décadas de existencia, pareciera que muchas ONG están perdiendo ese impulso inicial.

Este tipo de organización al cual nos referimos adoptan diferentes nombres, tales como asociación, fundación, corporación, cooperativas, organizaciones comunitarias, organizaciones no gubernamentales para el desarrollo, institutos; sus tareas van desde salud, educación, deporte, recreativas, ecología y protección ambiental, derechos humanos y organizaciones indigenistas. Hoy están apareciendo con mayor fuerza organismos de ese tipo con tareas políticas e ideológicas, lo cual desnaturaliza los principios por los cuales estuvieron constituidas en sus inicios.

En Honduras, según datos de la Unidad de Registro y Seguimiento de Asociaciones Civiles (URSAC), existen mas de 16,000 fundaciones, asociaciones y organizaciones no gubernamentales, aunque la información que disponemos no está actualizada, el número proporcionado por las fuentes gubernamentales es bastante elevado para un país pequeño como el nuestro. Se habla de organismos no gubernamentales de maletín que sería otra forma de drenar recursos públicos y privados para provecho personal.

En momentos cuando la cooperación internacional está reduciendo las aportaciones con fines benéficos al país, es cuando se están utilizando recursos estatales para proporcionárselos a particulares; con esto no solo se exponen recursos públicos a tareas de origen muy dudoso y a ineficientes controles, también se violenta el principio de neutralidad e independencia del Estado con respecto a las ONG.

Las acciones judiciales no concluidas en el caso de diputados salpicados con el uso de organismos creados expresamente para hacer uso de recursos en evidentes actividades políticas y de provecho personal, hacen pensar que una forma de organización que fue creada para ayudar a los pobres, en muchos casos, la ayuda termina en bolsa de particulares.

No se puede generalizar, pero el ruido que están haciendo los corruptos con el uso inadecuado de recursos orientados para el desarrollo y desviados para propósitos clientelares, debería dar pie para hacer una revisión del trabajo de las ONG, existe la fuerte sospecha que esta forma de agenciarse recursos del Estado para fines políticos, es otra cara oscura de la impunidad.