Columnistas

El dolor de cabeza de los nacionalistas

Los nacionalistas han venido maquiavélicamente tejiendo el tapete político de cara a las elecciones generales, desde el cuatrienio parlamentario anterior cuando en un acto ilegal e inconstitucional en el Congreso se le dio vuelta a la Sala de lo Constitucional para darle también vuelta la Carta Magna, sin importarles la comisión del delito imprescriptible de traición a la Patria, imponiendo una ilegal reelección.

Las acciones jurídicas y administrativas para impedirla fueron recorridas sin efectividad pues la conspiración institucionalizada en los órganos encargados de velar por la prevalencia de la Constitución de la República, con la complicidad de sus titulares, logró manosear y continúa manoseando el orden jurídico que debe regirnos.

La obsesión de Juan Orlando y su partido político, desafiando la Constitución y las leyes, ha logrado imponer hasta ahora su ilegal candidatura presidencial recetando con ello un fraude electoral en el proceso de noviembre próximo, donde cualquier participación de observadores nacionales o internacionales terminaría maquillando como legítimo un proceso totalmente ilegal por fraudulento. Simplemente estarán vacacionando en el proceso.

Con ese tinglado finamente diseñado y construido, el temor de Juan Orlando y los nacionalistas es mínimo si enfrentan a sus opositores desunidos.

Al Partido Liberal, que en nada ha sido su opositor, lo han tenido controlado y lo han manipulado desde el cuatrienio anterior siendo el que fundamentalmente les sirvió y les puede continuar sirviendo desde el despegue de la conspiración montada, hasta la materialización de la reelección y el continuismo en el proceso de noviembre próximo.

De Libre saben que difícilmente puede consolidar una alianza con el Partido Liberal, pretendiendo cualquiera de los dos que sus respectivos líderes sean los que encabecen a nivel presidencial esa alianza.

“Mel” está imposibilitado constitucionalmente para aspirar a la Presidencia de la República y Luis Zelaya está “maniatado” por la cúpula de su partido y sus principales dirigentes, a quienes más les ha interesado mantenerse haciendo cogobierno desde el que siempre han servido y se han servido.

Ante esas circunstancias, solo una tercería es la que pudiera aglutinar la oposición para integrar una verdadera alianza política para derrumbar la electorera torre de Babel que JOH y el Partido Nacional han estado edificando.

Por eso todos los misiles los dirigieron a la destrucción del Pac y su endoso a otra dirigencia que no dudamos se ha convertido en el apéndice oculto de los nacionalistas.

Así, apartan a Nasralla y “cachurequizan” al Pac para tenerlo como aliado servil en las mesas electorales, totalmente camuflado.

Con Nasralla como el presidenciable en la Alianza Libre-Pinu la batalla impostergable para los nacionalistas es prepararles mediáticamente la contracampaña electoral, a la que dieron inicio desde el día en que fue declarado presidenciable.

Lo sucedido desde allí todos lo estamos viendo, cómo se está manejando en el mundo mediático político de cara a las elecciones generales, por el temor que les provoca Salvador Nasralla.

Empezaron con una sencilla entrevista que le fue preparada y continuaron con el montaje de foros televisivos disparando misiles a sus declaraciones sobre Venezuela; todo para lograr torpedear esa Alianza que a JOH y a los nacionalistas les tiene con una tembladera inocultable.