El estudioso analista de la identidad patria, Longino Becerra, arriba a la conclusión de que el indígena hondureño ofreció suma dificultad de dominio a los conquistadores europeos. “La historia habla de centenares de rebeliones a lo largo y ancho de nuestro territorio, de modo que los gobernadores enviados a la provincia de Higueras u Honduras no podían disfrutar con tranquilidad los beneficios de su cargo”. Francisco de Montejo llegó a decir que esta tierra probablemente sufría la influencia de algún planeta belicoso.
“No sé qué ha de ser desta tierra -escribió confuso- sino quella (sic) está debajo de algún planeta que no la consiente estar en sosiego”.En 1526 por lo menos veinte españoles fueron muertos por nativos en la Villa de la Natividad de Nuestra Señora fundada por Cortés, en tanto que 1537 fue de intensas luchas pues Montejo emitió una ordenanza mandando “hacer esclavos a los indios e indias mayores de quince años”, por lo que estallaron rebeliones intensas en Comayagua, Zura (Sula), Guaxeriqui, Yamala, Xocorro y Cerquín.
En 1612 en la Taguzgalpa (Costa de los Mosquitos), en tanto dos frailes evangelizaban acompañados de escolta al mando del capitán Alonso de Daza, este capturó a un varón taguaca (tawahka), quien indignado por el atropello lo abofeteó. A consecuencia de ello Daza le clavó la mano derecha a un árbol, le amarró la izquierda y lo dejó para que muriera en el sitio. Horrorizados por la crueldad los taguacas juraron vengarse y mandaron avisar a los sacerdotes que se sometían y que vinieran sin armas a bautizarlos.
Excepto que sospechando traición Daza avanzó a explorar, fue capturado, matada la escolta, y le clavaron igual la derecha a un árbol, con la misma herradura y sus ocho clavos, para que desangrara.
Luego le cortaron la cabeza y la pasearon entre los rebeldes pueblos naturales.Cereceda añade sensualidad a la historia al afirmar que “una muger Xpriana (cristiana) española que por señas y pesquisa he sabido ques de sevilla (esposa) de los q. mataron (en) puerto de Cavallos, diez años ha que hera casada con uno de los muertos y por ynfiron (información) de yndios he sabido quel Cacique Cicumba la tiene por mujer”.
Finalmente Pedro de Alvarado lanza el más severo ataque a las barricadas terrestres y fluviales de Cicumba y donde, según Russell Sheptak, tras las batallas se sabe “que el cacique tiene apoyo de 50 canoas traídas por un español cristiano, Gonzalo Aroca (quizás el mismo Gonzalo Guerrero conocido como padre del mestizaje en México) desde Yucatán”.
Es probable que esas canoas fueran de Chetumal porque Guerrero estuvo peleando contra los españoles a favor del cacique de Chetumal cuando, según Cortés y Bernal Díaz, casó con una hija de aquel. Murió en combate en valle de Sula.Concluye Pedraza con una nota algo picaresca: “Ay (hay) en la çiudad de San Pedro el pueblo de Çoçumba (...) muchos niños. Y la rrazón desto es porque los yndios deste pueblo --que aún no tenía çien indios-- tenía cada uno diez y doze mujeres, porque ansí lo acostumbraban”.
Es imprescindible que los estudiosos nos ofrezcan otro concepto del pueblo resistente y no la tradicional visión de que fuimos indolentes ante los retos de la historia. El orgullo patrio lo agradecerá.