Cartas al editor

Sobre salud y educación

Inteligentemente, el pueblo hondureño se dio cuenta a buen tiempo de las malvadas intenciones de los partidos Nacional, Alianza Patriótica, Liberal y Democracia Cristiana, que a través de sus representantes en el mal llamado Congreso Nacional pretendían emitir decretos lesivos a maestros y médicos de las secretarías de Educación y Salud.

Necios. Creen que la patria les pertenece a ellos, sin considerar que un país debe ser gobernado con sanas intenciones, cariño y amor para sus semejantes, dentro de un sistema de respeto y estabilidad política con la intención de servir con justicia. Nadie está sobre la voluntad de la familia que durante la celebración de la Semana Santa estuvo motivada por la religiosidad católica y evangélica, inspiradas en el amor de Cristo y de otros que se fueron a las calles engrandecidos o eufóricos e inspirados por conocer, disfrutar y departir de la belleza de nuestros encantos naturales, como seres inteligentes capaces de amar a otros. Los ambiciosos diputados y gobernantes creen ser dueños de la voluntad del pueblo, su inteligencia y amor a la patria. No les basta llenarse los bolsillos con el dinero del pueblo y de los recursos naturales que nos pertenecen a todos, y piensan que nos hemos olvidado de los casos como Pandora, Caja chica de la dama y de la famosa Fe de Erratas o más bien de la ambición de las ratas del congreso o de los fondos del IHSS que fueron utilizados para mantener el poder o la gobernabilidad del presente régimen. Basta de destruir nuestro sistema educativo y de salud con la emisión de decretos viciados de nulidad con la malvada intención de privatizar nuestro sistema y confabularse con loso más ricos y entregarles de esta forma la patria que a todos nos pertenece y que nuestras próximas generaciones esperan disfrutar, explorar y explotar para construir el bien común que esperamos en el futuro pertenezca a los más necesitados y los más justos hombres de bien. La patria es yo, tú y él, nunca nosotros, vosotros y ellos en relación a los extranjeros que se han apoderado de lo nuestro. La patria es ara y no pedestal.