Antes de elegir metas, es prudente, creo, elegir primero lo que se quiere llegar a ser. Responder (tratar de hacerlo) las preguntas fundamentales, aquellas tan difíciles: ¿quiénes somos?, ¿por qué estamos aquí?, y ¿hacia dónde nos dirigimos? Necesitamos, como especie y como individuos, un sentido de propósito, que proporcionará significado, que nos hará sentirnos útiles, recordándonos que la vida tiene importancia, aún ante la desolación y temor que nos provoca la muerte. Cuando ocurre aquello, cuando vivimos desde adentro, lo que somos “provoca” lo que hacemos. Nuestros valores, deseos, actitudes, pensamientos y principios, se reflejan en un proyecto de vida y, por tanto, en las relaciones que mantenemos con la comunidad de la cual somos partícipes. Tarde o temprano, los humanos nos enfrentamos con las preguntas acerca del propósito de la propia existencia. De ese modo, más vale estar preparado o buscar en forma incansable la respuesta. Mientras más pronto conocemos la respuesta, mayores son las contribuciones que hacemos a la sociedad. Mientras mayores son los aportes al bienestar social, más altas las posibilidades que tengamos éxito (cualquiera sea el significado que le demos a esa palabra).Una pregunta que debemos hacernos es: ¿nos hemos examinado a nosotros mismos, asumiendo la responsabilidad por quiénes somos? La persona que no está consciente de quién es en realidad y de lo que hace o puede hacer, con frecuencia puede dañar sus relaciones con los demás. Por eso, el deber inicial, antes de ser técnico, profesional, empresario, científico, artista o dedicarse a tal o cual oficio, es ser persona: conozcámonos a nosotros mismos, relacionémonos con nosotros mismos, seamos sinceros con nosotros mismos y cambiémonos a nosotros mismos. La relación más importante que tendremos siempre será con nuestro ser. Por lo tanto, tenemos que ser primero nuestro “propio mejor amigo”, descubriendo quiénes somos y esforzándonos en llegar a ser alguien que respetemos y encontremos agradable. Si deseamos mejorar nuestras relaciones con los demás, dejemos de culpar a los otros; fijémonos en nosotros y trabajemos duro en resolver nuestros asuntos.