Es realmente lamentable que un país no pueda no pueda retener a su gente más vulnerable, es una pena y una vergüenza que una nación no pueda brindarle a su gente la oportunidad de vivir dignamente, y cuando hablo de nación me refiero a todos los que formamos esa nación nadie se queda afuera.
Damos pena internacionalmente por no poder hacer nada por los que más necesitan (y) somos nosotros como nación libre soberana e independiente que tenemos que asumir nuestra responsabilidad con nuestra gente con esa gente que no tiene comida en su mesa que no tiene acceso a la educación, esa gente que no tiene acceso a la salud, esa gente que es aterrorizada por la delincuencia y la inseguridad.
¿Qué haces tu o que hago yo para que eso cambie?, ¿qué hago?, ¿qué hacemos para que nuestros líderes políticos, los líderes empresariales, la sociedad entera entienda que es tiempo de buscar una salida a nuestra actual situación, que es tiempo de cambiar, que es tiempo de luchar para sacar nuestra tierra del agujero en la que por desgracia ha caído.
Es tiempo de decir aquí estoy, dispuesto a dar lo que tengo en favor de mi país. Aquí estoy dispuesto a luchar para cambiar lo malo que nos ha perseguido por siglos. Es tiempo de decir ya basta, Honduras, vamos a luchar para que tú y tu gente salgan de la crisis actual.
Con esfuerzo y la ayuda de Dios podremos cambiar la historia y podremos escribir un guión en el que el actor principal sea nuestro pueblo, ese pueblo que históricamente ha sido oprimido y maltratado.