Cartas al editor

La sombra en la agricultura

Las casas de sombra y los invernaderos son usados comúnmente para modificar la temperatura ambiental a nivel de microclima en una parcela
determinada.

Esta herramienta o práctica agrícola tiene efectos similares a los de colocar una cobertura que modifica la temperatura del suelo y previene humedad en el mismo.

Evita que el viento y el sol quemen las plantas tiernas, asimismo, reduce los requisitos constantes del agua.

Por otro lado, es posible evitar el ingreso de insectos y aves en los cultivos; lo cual beneficia la disminución en la aplicación de pesticidas y otros productos, reduciendo los costos y protegiendo
el ambiente.

Es importante, por lo tanto, caracterizar los cambios microclimáticos inducidos por estas estructuras y sus efectos sobre las plantas cultivadas a nivel local con el objetivo de proponer modificaciones de los diseños actuales que contribuyan al mejoramiento de las condiciones microclimáticas internas. La protección del ambiente con fines agrícolas mediante la construcción de casas de sombra es efectiva en la modificación del microclima interior en relación con el exterior, pero la magnitud de estos cambios depende de la ubicación, del diseño y primordialmente del tamaño de las casas de sombra.

A decir verdad, he escrito esto porque quería plantear la cuestión de saber si existiría alguna vía, por ejemplo, en la agricultura o en las artes de hacer producir el suelo con la que se pudieran compensar los desperfectos de la variabilidad climática. En lo que a mí respecta, me gustaría resucitar, al menos en el ámbito de la agricultura, ese universo de sombra que estamos disipando...

Me gustaría ampliar el alero de ese edifico llamado “Agricultura”, oscurecer sus paredes, construir en la sombra lo que resulta demasiado visible y despojar su interior de cualquier adorno redundante.