El pasado viernes 28 de junio se cumplieron 10 años en los que por primera vez, desde el regreso a vivir en democracia después de los gobiernos de facto, el sistema se vio amenazado por fuerzas oscuras internas y externas que amenazaron llevar a nuestro país por el sendero de un estilo de vida para el cual la gran mayoría de los hondureños no tenemos simpatía, como lo es el comunismo del siglo XXI.
Ese día se vino a mi memoria un recuerdo de mi infancia, cuando mi padre, Rigoberto Espinal Irías (QEPD), entró en la noche a la habitación de sus hijos varones con un retrato y un afiche de dos personajes muy reconocidos a quienes nos dijo que él admiraba mucho. Durante una breve charla motivadora al estilo de las que los entrenadores dan a sus jugadores en los camerinos, los colgó en la pared y nos pidió que cuando creciéramos los imitáramos en lo que fuera posible y los tuviéramos en nuestras vidas como ejemplos a seguir. El retrato era de John F. Kennedy, quien se convirtió en el presidente más joven de su país, después de Theodore Roosevelt. Sin duda un demócrata de visión y convicción protagonista de uno de los episodios históricos más recordados en la gran nación del norte, como lo fue la crisis de octubre de 1962 en que las potencias mundiales midieron fuerzas y estuvieron a punto de una Tercera Guerra Mundial.
Sin lugar a dudas, la llamada Crisis de los Misiles o Crisis de Octubre es dentro de la confrontación ya histórica entre Cuba y Estados Unidos. La esencia del conflicto fue ideológico y una pretensión de los comunistas de colocar sus piezas de ajedrez en el patio trasero de los Estados Unidos. Kennedy no podía permitir que tal situación sucediera, pues también existían intereses económicos que defender.
Y la historia nos dice que el capitalismo quizás es un sistema de vida imperfecto, pero en relación al comunismo, es mejor; solo los pueblos que han perdido las libertades básicas que otorga la democracia, como ocurrió en Cuba o actualmente en Venezuela, saben lo importante que es actuar en defensa de la democracia antes de perderlas.