Cartas al editor

Crecimiento exponencial

Existe una historia sobre la invención del juego de ajedrez. Cuando un rey de la India recibió el juego, se quedó tan impresionado que le preguntó a su inventor qué tipo de compensación deseaba. El inventor respondió que quería un grano de arroz en el primer cuadro, después el doble en el segundo cuadro, y el doble de nuevo en el tercer cuadro; y así sucesivamente hasta completar el tablero.

El rey le pidió al tesorero que cumpliera su petición. Desafortunadamente, la cantidad iba creciendo de forma exponencial y no había suficiente arroz en el reino para recompensar al inventor. Para darte una idea de la progresión, en el primer cuadro él recibiría un grano de arroz, en el segundo dos, en el tercero cuatro, y así sucesivamente.

En el décimo, la cantidad era de 512, pero para el cuadro número 20, eran 524,288 granos, en el 30, eran 536,870,912, y en el 40, la cantidad pasaba los 549 mil millones de granos de arroz. No es sencillo entender los efectos de duplicar un número, pero es matemáticamente correcto.

Hay un límite sobre cuánto se puede duplicar una cosa: eventualmente se nos acaba el arroz, espacio, tiempo, dinero, pero el efecto del crecimiento exponencial nos muestra lo mucho que se puede lograr.

Aunque esto no aplica al 100 por ciento en tu negocio, sí nos da una idea del poder de crecimiento si constantemente añadimos más recursos, por pequeños que sean, a una compañía. Como gerentes, parte del trabajo que hacemos es constantemente buscar y desarrollar soluciones nuevas e innovadoras.

La otra parte del trabajo es el progreso incremental constante. La inversión y el refinamiento invariables añadirán al crecimiento. La clave es seguir creciendo y no detenerse. Con el tiempo, incluso las mejoras y el progreso aparentemente pequeños generarán resultados, pues esos pequeños incrementos se apilarán hasta convertirse en valiosos recursos para el éxito.