En Estados Unidos llamaron al descalabro económico, abismo fiscal, entendiendo una situación “de profundidad grande, imponente y peligrosa. Cosa inmensa, insondable o incomprensible”. Obama suspendió sus vacaciones en Hawái para dedicarle todo su tiempo y esfuerzo a un acuerdo con la oposición y evitar la recesión (acción y efecto de retirarse o retroceder. Depresión de las actividades económicas en general que tiende a ser pasajera). Y lo logró. Ahora aplicarán otras medidas para revertir la crisis.
En nuestro país tenemos un barranco fiscal, “Despeñadero, precipicio. Dificultad o estorbo en lo que se intenta o ejecuta” y Lobo se da vacaciones en Miami para “desembarazarse de una grave dificultad o librarse de un gran trabajo“. Y lo logró. Ahora vamos “despeñadero o derrumbadero por cuya proximidad no se puede andar sin riesgo de caer. Despeño o caída precipitada y violenta. Ruina espiritual”. No les importa, todos vacacionaron, y con derecho si no tuvieran que cumplir el deber que aceptaron dizque para gobernarnos.
Tuve la sorpresa de ver en Miami a la familia del gobernante Lobo salir de un automóvil custodiada por guaruras gringos y otros chaparros y trigueños para entrar al restaurante PS Chang del Dolphin Mall a degustar comida china para no olvidar su tiempo de pobres en el Lux de Comayagüela. No me importó ver a esas personas, lo que me indigno fue la “custodia” ridícula y ofensiva que les pagamos. ¿Para qué y por qué? ¿De qué o de quién se cuidan? ¿Cuando ya no sean lo que son se pagarán ellos o seguiremos nosotros cubriendo su exhibicionismo?
El gobernante mandó desde Miami un mensaje prometiendo para el 2013, un “país de cinco estrellas”. Carajo, no tienen medida estos politiqueros, las cinco estrellas ya están en la bandera que tenemos estrellada por la inseguridad, insalubridad, mendicidad, violencia, desempleo, por los 32 mil deportados de este paraíso incumplido que nos han ofrecido y por los más de 200 que van en ocho días de este año que comienza.
Ningún futuro bueno nos espera cuando en tres años no han podido con el desastre financiero que si bien es cierto fue herencia de la corrupción de gobiernos anteriores, este ha sido peor en el uso y abuso de los bienes del Estado, sin que hasta ahora, y ya no lo hicieron, hayan puesto coto al gasto innecesario, como ese de los guardaespaldas gringos, que lesionan la dignidad de los empleados que no han recibido sueldos ni aguinaldos, mientras que las autores de esta apremiante situación económica se divierten y gastan los dólares que podrían paliar el dolor y el hambre del pueblo pobre.
Cuando el gobernante tiene una profesión tiende a dejar huella de su conocimiento, Villeda Morales, médico, es ejemplo de excelencia, dejó el hospital Materno Infantil entre muchas obras de función social que nadie ha repetido ni mejorado. Callejas con Mauro Membreño nos dieron carreteras que nunca más siquiera repararon. Maduro, economista, dejó unas finanzas mejoradas, mientras que otros, ingenieros, un doctor en derecho y licenciados en todo y hasta un bachiller, fue poca su obra y mucha la obrada.
Dicen que Lobo es licenciado en economía, ¿será por eso que vamos guindo abajo en ese barranco fiscal, de donde no saldremos jamás?