Opinión

La importancia de un acuerdo con el FMI

Con la aprobación, la semana pasada en Washington, de la consulta del Artículo IV 2013, por parte del directorio del Fondo Monetario Internacional, se abren las puertas para que al fin Honduras pueda negociar el primer acuerdo con ese organismo desde que en marzo de 2012 se venció el último acordado.

A pesar de que la devaluación monetaria, la privatización de empresas estatales y los propios “paquetazos” son recetas propias de ese organismo multilateral, lo cierto es que la firma de una carta de intenciones con ese organismo es un asunto de capital importancia para el buen manejo macroeconómico del país.

Y es que no solo se trata de la ayuda internacional –mediante cooperación no reembolsable, préstamos concesionales o en condiciones favorables—que el país puede recibir una vez que cuente con el visto bueno del FMI, sino la imagen de país ordenado y eficientemente manejado que se proyecta ante los inversionistas y, quizás lo más importante, que obliga a nuestros gobiernos a respetar plan un plan previamente establecido, evitando el caos administrativo y los excesos.

El sobreendeudamiento, con altos intereses y a corto plazo; el drástico incremento que en los primeros meses del año ha tenido la devaluación del lempira frente al dólar y también la inflación, y los efectos negativos de los “paquetazos” impuestos para la población en general, deberían tener al menos la compensación inicial del saneamiento de la macroeconomía, sin lo cual no puede aspirarse a crecimiento económico, generación de empleo y a crear equilibrios saludables en cuando al valor del lempira frente al dólar y a los precios de los productos y servicios.

En ese sentido, resulta alentador que todo vaya por buen camino y que exista la confianza en el gobierno actual de que el acuerdo pueda incluso firmarse a finales de este mismo año.

Esperemos que tampoco sean necesarios más sacrificios de los muchos que ha ya hecho el pueblo hondureño para lograrlo.

En lo que sí no hay duda es en la necesidad de alcanzar el convenio que permita a Honduras recuperar la confianza de los organismos multilaterales de crédito, de la cooperación internacional en general, de los inversionistas; todo esto indispensable para iniciar al fin auténticos programas para impulsar el crecimiento económico de Honduras, la única forma real y efectiva para ayudar a los más desfavorecidos de la sociedad porque de lo contrario seguirán siendo utilizados por los gobiernos para mantenerse en el peligroso campo del populismo.