Washington, Estados Unidos.- Donald Trump, presidente de Estados Unidos, sigue apuntando a la pena de muerte como una posible solución para enfrentar el narcotráfico en Estados Unidos, asegurando que esta medida ha sido efectiva en países asiáticos que la aplican.
El líder republicano expresó su apoyo a la “pena capital” para los narcotraficantes, en un momento en el que el consumo de fentanilo que llega desde China a través de paquetes postales, sigue siendo un grave problema en el país.
Durante una reunión con gobernadores en la Casa Blanca, el presidente fue cuestionado por el gobernador de Carolina del Sur, Henry McMaster, sobre cómo enfrentar el creciente problema del tráfico de drogas.
En respuesta, Trump mencionó que había discutido este tema con el presidente chino, Xi Jinping, y señaló que las políticas de China contra los narcotraficantes podrían servir de modelo para Estados Unidos.
“Si te fijas, en todos los países que tienen la pena de muerte no hay ningún problema de drogas”, afirmó Trump.
Destacó los efectos que tendría la pena de muerte en la reducción del narcotráfico, agregando que, en su opinión, la ejecución de los traficantes de drogas sería “muy humana”.
“Ejecutan a los traficantes de drogas. Y cuando lo piensas, es muy humano, porque cada traficante de drogas, en promedio, mata al menos a 500 personas... No sé si nuestro país está preparado para eso. Yo sí lo estoy”, añadió.
En la reunión con los gobernadores, tanto republicanos como demócratas, Trump recordó que los estados tienen la facultad de aplicar la pena de muerte en los casos que consideren pertinentes.
“Sus estados tienen el derecho de aplicar la pena de muerte también a los traficantes de drogas”, enfatizó en la reunión de la Asociación Nacional de Gobernadores.
“Pero háganlo solo si quieren deshacerse de las drogas”, añadió, destacando su enfoque duro contra el narcotráfico y haciendo un llamado a las autoridades locales a tomar medidas más severas.
La medida, sin embargo, sigue siendo un tema polémico y delicado en la política estadounidense, con varios sectores que abogan por enfoques más preventivos y de rehabilitación en lugar de sanciones extremas.