Mensaje final en Washington: "Queremos que Honduras tenga elecciones libres, limpias y transparentes"

Honduras entra a elecciones bajo fuerte presión internacional: el Congreso de EE UU alerta sobre tensiones, fragilidad institucional y riesgos que podrían comprometer la credibilidad del proceso

  • 20 de noviembre de 2025 a las 16:11

Tegucigalpa, Honduras.- Honduras llegará a las elecciones generales del 30 de noviembre bajo una tensión inédita y con un nivel de escrutinio internacional pocas veces visto.

A diez días de los comicios, el Subcomité del Hemisferio Occidental del Congreso de Estados Unidos celebró una audiencia pública en Washington para evaluar lo que legisladores y expertos describieron como un “riesgo real” para la institucionalidad democrática del país.

La sesión expuso un abanico de preocupaciones que van desde acusaciones de manipulación electoral hasta advertencias sobre la fragilidad democrática hondureña.

El análisis se convirtió en una radiografía del clima político hondureño y en un mensaje directo a las Fuerzas Armadas, al Consejo Nacional Electoral (CNE) y al propio Poder Ejecutivo.

La audiencia reunió a legisladores demócratas y republicanos, además de tres testigos clave: el exembajador Carlos Trujillo; la directora regional del National Democratic Institute (NDI), Deborah Ullmer; y Enrique Roig, vicepresidente de asuntos externos de Human Rights First.

Con miradas distintas, pero con una coincidencia central, la sesión dejó claro que Washington observa con suma atención el proceso electoral hondureño y que su legitimidad tendrá repercusiones directas en la relación bilateral.

Un mensaje de advertencia de Washington

La presidenta del subcomité, María Elvira Salazar, abrió el debate con afirmaciones que delinearon el clima de preocupación.

En su intervención sostuvo que Honduras atraviesa un “punto de quiebre” y advirtió que el país estaría ante la disyuntiva de escoger entre “democracia o comunismo”.

Para sustentar esa lectura, argumentó que las decisiones del gobierno de Xiomara Castro reflejan una orientación cercana a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Salazar afirmó que la ruptura de relaciones con Taiwán para establecer vínculos diplomáticos con China, la condecoración otorgada a Nicolás Maduro y la presencia en el país de “espías cubanos disfrazados de médicos” serían señales de una deriva preocupante.

También afirmó que la mandataria Castro estaría dispuesta a “entregar Palmerola a China”, un señalamiento que el Gobierno hondureño ha desmentido.

Deterioro institucional

Más allá del tono político, la audiencia permitió escuchar valoraciones técnicas sobre la situación institucional hondureña. El exembajador Carlos Trujillo afirmó que, a su juicio, la administración Castro “ha institucionalizado un gobierno basado en una ideología extrema” y que existen señales claras de un “intento sistemático de manipular el resultado electoral”.

Trujillo señaló que el fiscal general, Johel Zelaya, “ha decidido citar a los dos partidos de oposición para presentar cargos penales y descalificarlos de sus funciones en el CNE”.

También aseguró que existen maniobras dentro del Congreso Nacional que permitirían reemplazar a funcionarios electorales “por personas alineadas con la administración actual”.

El exembajador agregó que la expresidenta del CNE, Cossette López-Osorio, “reportó amenazas de muerte y presiones judiciales para forzar su renuncia”, y que la representante liberal ante el CNE, Ana Paula Hall, también informó sobre amenazas a su seguridad.

Por su parte, el representante demócrata Joaquín Castro, miembro de mayor rango del subcomité, expresó que “la fe del pueblo hondureño en sus instituciones electorales está por los suelos” y afirmó que los tres principales candidatos “han dicho públicamente que no confían en el proceso”, lo que incrementa el riesgo de desconocimiento de los resultados.

Castro también criticó a la administración estadounidense por suspender programas de apoyo a la integridad electoral y a la sociedad civil en Honduras, lo que, según dijo, dejó a organizaciones locales sin recursos en un momento crucial.

Las Fuerzas Armadas: el actor que inquieta a Washington

Uno de los puntos más sensibles de la audiencia fue el papel de las Fuerzas Armadas hondureñas.

María Elvira Salazar afirmó que los militares “están exigiendo acceso a información privada de los votantes”, y sostuvo que esta situación “no se había visto en más de 100 años”.

Recordó además el papel histórico de los militares en la crisis de 2009, cuando, en sus palabras, “sacaron a Mel Zelaya de su cama en pijama”.

De su lado, Trujillo reforzó esa preocupación al afirmar que las Fuerzas Armadas “han sido purgadas y reemplazadas por leales ideológicos al régimen”, comparando la situación con procesos vividos en Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Agregó que las declaraciones del general Roosevelt Hernández han sido interpretadas como un intento de involucrarse en áreas “más allá de su autoridad constitucional”.

El testigo Enrique Roig, de Human Rights First, consideró que la observación internacional será clave para vigilar el papel militar, “especialmente en la custodia y el transporte del material electoral”, y recordó que declaraciones recientes de jefes castrenses contra la prensa “han generado preocupación”.

Geopolítica en el centro del debate: China como actor estratégico

La audiencia también visibilizó la importancia geopolítica de Honduras en la región.

Trujillo aseguró que la ruptura con Taiwán y la apertura hacia China forman parte de una estrategia regional de Beijing para aumentar su influencia en Centroamérica.

Según dijo, China ha avanzado en telecomunicaciones, cooperación tecnológica y diplomacia, y advirtió que Honduras podría convertirse en “un punto de entrada” para intereses chinos en el continente.

Varios legisladores republicanos vincularon esa creciente presencia a decisiones políticas recientes, y expresaron preocupación por el impacto que ello podría tener sobre instalaciones estratégicas como la Base Aérea Soto Cano.

Desde otra óptica, congresistas demócratas señalaron que Estados Unidos ha disminuido su presencia diplomática y asistencia a programas de democracia, creando un vacío que actores externos podrían aprovechar.

La ciudadanía hondureña y la desconfianza acumulada

La directora del NDI, Deborah Ullmer, brindó un análisis más centrado en la experiencia ciudadana.

A su juicio, los hondureños llegan a estas elecciones con una “desconfianza profunda”, alimentada por la crisis de 2009, la violencia postelectoral de 2017, problemas logísticos en las primarias recientes y la persistente violencia política.

No obstante, afirmó que “una elección creíble y transparente es todavía posible”, siempre que se respete la independencia del CNE y del TJE, se asegure la observación no partidista, se permita la presencia de representantes en todos los centros de votación y se publiquen “resultados verificables por mesa”.

Ullmer también subrayó que Honduras tiene importancia estratégica para Estados Unidos por su posición geográfica, su rol en el tránsito de cocaína hacia Norteamérica y la presencia de más de 200 empresas estadounidenses en el país.

Un país bajo observación

La audiencia concluyó con un mensaje de Salazar dirigido directamente a los hondureños: “Queremos que Honduras tenga elecciones libres, limpias y transparentes. El futuro del país debe decidirlo el pueblo hondureño.”

Pese a las evidentes tensiones entre congresistas republicanos y demócratas, la sesión dejó una coincidencia: el proceso electoral hondureño está bajo el escrutinio directo del Congreso de Estados Unidos, y su legitimidad influirá en la cooperación política, económica y de seguridad durante los años venideros.

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Fernando Maldonado
Fernando Maldonado
Periodista

Periodista con 14 años de experiencia, ocho de ellos en EL HERALDO, especializado en temas de seguridad, narcotráfico y lucha contra la corrupción. Desde 2022, editor de Prensa General. Es especialista en periodismo judicial.