Tegucigalpa, Honduras
Siguen los estragos en la vida de los pequeños a causa del uso de pólvora y para los adultos ninguna quemadura parece ser lo suficientemente grave para ser más cuidadosos.
Nuevamente, y pese a las campañas de concientización, un pequeño de apenas 10 años perdió la mano luego que un mortero le explotara en ella.
El niño Franklin Pineda es procedente del departamento de Intibucá, zona occidental de Honduras, y fue trasladado el sábado al Hospital Escuela Universitario (HEU).
Lastimosamente desde hoy él entrará a una vida con mayores dificultades debido a la amputación completa de su mano.
Carlos Flores, médico cirujano del centro asistencial, lamentó que estas incidencias sigan ocurriendo.
“Se le tuvo que amputar la mano en horas de la mañana ya que le explotó un mortero, la gente sigue reventando pólvora, tienen pólvora guardada, no se trata de un dedo, se trata de la mano de un niño que lastimosamente ahora queda mutilado”, comentó el galeno.
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El profesional pidió a la Fiscalía de la Niñez intervenir en casos como estos.
“El papá se refirió sin dolor de que hay que resignarse, no es la mano de él pero es aquí donde las autoridades deben interponer sus buenos oficios, es realmente doloroso que pasen estas cosas”, señaló Flores.
Comentó que al menos una persona por día ha ingresado a la sala de emergencia del HEU por heridas producidas con pólvora.
“Ha estado ingresando un paciente diario desde el 1 de enero por quemaduras con pólvora, esto tiene que parar”, lamentó el cirujano.
El costo del tratamiento de una persona quemada sobrepasa los 25,000 lempiras diarios.
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