Los Ángeles, EE UU
Nintendo presentó durante su conferencia en la E3 2016 la próxima entrega de una de las sagas de videojuegos más míticas de la historia, The Legend of Zelda.
Su nombre oficial es Breath of the Wild, y esta vez se trata de una aventura en un mundo abierto que Link deberá explorar y librar de todo mal. Y Nintendo ha apostado en serio por el mundo abierto en su nuevo juego y las cosas que podrá hacer el personaje en el mapa.
Durante la presentación pudimos ver a Link saltar, nadar, escalar, sumergirse en el agua, cortar árboles para usarlos como puentes, cocinar y hasta emplear una especie de armadura de agua.
Este título promete cambiar por completo la forma en la que hemos jugado Zelda durante años. El inicio del videojuego rompe con los esquemas hasta ahora vistos en la franquicia.
Estamos más solos que nunca y no tenemos ni una pizca de información sobre cuál es nuestro deber o qué hacemos en medio de la llamada Capilla de la Resurrección. La escena inicial ofrece un claro contraste entre el tétrico despertar de Link y la salida al soleado Hyrule.
Sí, la zona que recorremos en la demostración fue, en otro tiempo, el centro del reino Hyrule, ahora en decadencia. Parecido a lo que pasó en The Legend of Zelda: The Wind Waker y una
conexión clara con el primer The Legend of Zelda lanzado en NES. La aventura incorpora multitud de elementos comunes en videojuegos de supervivencia: podremos conseguir y cocinar alimentos para aumentar sus propiedades curativas, sí, nos curamos comiendo, talar árboles y recolectar madera para encender una hoguera, picar menas de minerales o cazar animales.
The Legend of Zelda: Breath of the Wild estará disponible tanto para Wii U como para la próxima consola de la compañía, Nintendo NX, y llegará en algún momento de 2017
