“¿Por qué miran? ¡Sigan corriendo!”: aspirante narra detalles sobre el mortal día en la Anapo

La fuente consultada por EL HERALDO sabía, como el resto de sus compañeros, que la formación policial era dura, pero jamás imaginó lo que viviría en su primer día como aspirante de la Anapo

Imagen ilustrativa de los aspirantes a policías realizando actividad física.

vie 2 de diciembre de 2022 a las 12:3

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TEGUCIGALPA, HONDURAS.- ‘29, 28, 27, 26...’, es el sonido que aún sigue martillando en la mente de uno de los aspirantes a policías auxiliares en la Academia Nacional de Policía (Anapo), pues con el conteo comenzó su tormento y el de otros 500 universitarios más que se encontraban en su primer día como alumnos de la institución, en donde horas más tarde murieron tres de ellos y otros 39 fueron llevados a centros médicos con extraños síntomas como desmayos y vómitos.

Tres aspirantes a policías murieron tras el primer ejercicio físico al que fueron sometidos el 11 de septiembre de 2022 y hasta ahora no se sabe con exactitud qué ocurrió. Lo poco que se supo fue que los jóvenes debieron correr por la pista de usos múltiples cargando en sus espaldas, brazos y hasta nucas sus maletas. Esto quedó evidenciado en un video que circuló en las redes sociales tras la tragedia.

Jairo Josué Martínez, Ronal Javier Coello y Kevin Jackniel Mejía son los fallecidos. Un informático, un abogado y un médico, respectivamente, quienes fueron reportados muertos el 11, 12 y 19 de septiembre tras ingresar a centros hospitalarios.

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El corto video antes mencionado dejó ver a los aspirantes corriendo o trotando, mientras cargaban mochilas, maletas, bolsas, almohadas y todo tipo de equipajes; al mismo tiempo, algunos uniformados con mayor experiencia les seguían de cerca, como vigilando que el ejercicio se cumpliera. Estas imágenes causaron repudio entre la población, que tildó como “malintencionada” la medida impuesta a personas que tan solo horas antes eran unos civiles más.

Una de las primeras en reaccionar fue la subsecretaria de Seguridad, Julissa Villanueva, quien argumentó en el foro Frente a Frente que “esa bienvenida con maletas me la acabo de desayunar, porque yo no sabía que tenían que llevar la maleta y que con lo que llevaran en la maleta (debían correr), si yo hubiera sabido le hubiera dicho a los civiles: ‘no lleven nada’, pero no lo sabía”, dijo la experta forense.

Ante esto, EL HERALDO habló con un alto funcionario policial que pidió que su nombre no fuera revelado, quien aseguró que los ejercicios de bienvenida eran algo opcional y ni siquiera estaban siendo evaluados, aunque reconoció que era una práctica común en las instituciones armadas “desde hace más de 80 años”, pero sin revelar quiénes la ordenan.

“Ellos estaban en la primera corrida, todos los días se van a hacer corridas, la única prueba física que ellos tenían que hacer es al graduarse, y ahora hasta se les va a suspender, ya para graduarse ni siquiera van a tener que hacerla”, dijo el uniformado luego de la resolución de la Secretaría de Seguridad de prohibir las mismas, tras lo ocurrido.

“Solamente les dijeron: ‘Corran, los que pueden. Los que quieran caminar, caminen’. Y la mayoría iban caminando”, sostuvo en una llamada telefónica con este rotativo.

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-“Pero, ¿ellos decidieron hacerlo o fue bajo obligación?”, consultó el periodista.

-“Cada quien decide”, respondió el oficial.

-“¿Y cuando alguien se rehúsa a eso?”, increpó nuevamente el reportero.

- “No le pasa nada, no le va a pasar nada... Si eso es opcional, ahí nadie está a la fuerza reclutado, no es un servicio militar obligatorio, eso es opcional”, enfatizó.

-“Pero, ¿tampoco lo declinan de su aspiración, entonces?”, insistió el periodista de EL HERALDO.

-“No está siendo evaluado, no está en examen, no es parte de una cátedra, no es parte de una clase. No, nadie le va a decir nada, si no quiere y no puede, no puede pues. Hay gente que le dieron tres meses para prepararse físicamente, pero hay gente que llegó bien preparada y hay gente que no llegó preparada, entonces eso no es obligatorio”, agregó.

$!A su ingreso a la Anapo los aspirantes debieron hacer una fila para corroborar su documentación.

Obligaron a los aspirantes a comer rápido

Sin embargo, EL HERALDO pudo hablar con una persona que se encuentra en formación para convertirse en policía auxiliar y que, al igual que los tres fallecidos y las decenas de afectados, se encontraba realizando el ejercicio físico ese funesto domingo.

La fuente accedió a hablar bajo anonimato y detalló que el abuso comenzó desde el almuerzo, cuando en un acto que para ella fue premeditado, les sirvieron pescado y les dieron un tiempo demasiado corto para ingerirlo.

“A la hora del mediodía nos formaron para pasar al comedor. Ahí fue donde empezó todo, porque solo nos dieron 30 segundos para comer, solo nos sirvieron un pedazo de filete de pescado, arroz y tortilla”, comenzó relatando.

“Nos dieron pescado con espinas. Yo no comí, lo que pude fue agarrar dos bocados de la carne del pescado y un poquito de arroz”, recordó.

“Te sentabas y te contaban: ‘29, 28. 27, 26...’, hasta cumplir los 30 segundos. Te levantabas y luego te formaban para ir por las maletas del prospecto (implementos como ropa y otros objetos que les solicitaron) y desde donde estaban salir a correr a la pista”, narró cuando pudo salir de fin de semana libre y logró tener acceso a hablar con la prensa.

$!La Academia Nacional de Policía tiene reglas estrictas, pero algunos organismos defensores de derechos humanos consideran que lo que ocurrió el 11 de septiembre fue condenable. Así lo tildó el presidente del<b> </b>Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras (Codeh), Hugo Maldonado.

Minutos antes de la tragedia en La Paz

La persona entrevistada por este rotativo continuó su relato cronológico e indicó que después de eso les ordenaron dar dos vueltas en la pista, pero con una particularidad: debían cargar sus maletas, así fuera una o varias las que llevaran, aunque a los que ingresaron con poco equipaje les esperaba una especie de ‘castigo’.

“Era obligatorio correr con las maletas, tenías que hacerlo, no podías caminar, porque si te miraban caminando te decían: ‘¿Y usted por qué camina? ¡Trote!’, indicó la persona entrevistada, desmintiendo por completo al oficial que aseguró que todo era voluntario.

Del mismo modo, agregó que “hubo algunos que llevaron maletas bien pesadas porque el prospecto es bastante, pero otros, principalmente varones, como ya sabían como iba ‘el cuento’ llevaron maletas livianas, entonces lo que hicieron fue darles las maletas de los demás para que salieran a correr con ellas”, aseveró.

“Ahí íbamos con los cadetes, no recuerdo si eran de primero, segundo o tercer año, pero eran unos cadetes. Algunos te halaban la maleta y te decían: ‘¿Ya se quiere ir para la guardia?’, como para darte de baja, que te regresaras para tu casa”, rememoró con un particular tono de tristeza en su voz.

$!Algunos aspirantes llevaban dos, tres o más maletas, pues desconocían que debían pasar por la difícil prueba.

Prohibido ayudar a los caídos en la Anapo

El testigo que accedió a conversar con este medio de comunicación afirmó que nunca olvidará cómo, mientras corría para no ser un blanco de las amenazas de separarlo de la institución en su primer día y con ello decepcionar de alguna manera a sus familiares, veía a su alrededor a varias personas desvanecerse sobre la pista.

“Cuando ibas corriendo vos te encontrabas ahí mascarillas, cosas de las demás personas tiradas; porque a algunos se les abría la maleta y se les caían las cosas, y no podías detenerte a recogerlas, porque los cadetes te decían que tenías que correr o trotar, te agarraban o te empujaban la mochila”, indicó.

“Cuando yo iba corriendo miraba a los compañeros tirados en el suelo, como cansados, como que ya se estaban desmayando por el peso que llevaban y otros estaban vomitando. Habían médicos ahí y a algunos no les permitieron auxiliar a los compañeros, ni darles agua. Después, cuando miraron que varia gente estaba ahogándose fue que miré a la ambulancia salir con compañeros”, continuó.

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La persona, que no quiso dar a conocer su nombre porque aún permanece dentro de la Anapo a la espera de finalizar el curso, dijo que una de las órdenes que les daban cuando los veían conmoverse ante lo que les ocurría a sus compañeros fue: “¿Por qué miran? ¡Sigan corriendo!”.

$!Esta imagen fue tomada cuando los aspirantes hacían fila para ingresar a la Anapo, es decir, horas antes de la tragedia.

¿Cómo son las pruebas físicas en la Policía Nacional?

Al consultar a varias fuentes policiales, entre ellas a Cristian Nolasco, el portavoz de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), sobre las pruebas físicas en la Policía Nacional, todos coincidieron en que los entrenamientos se hacen diariamente, pero que las pruebas físicas como tal se realizan solo una vez al año, como requisito antes de obtener un nuevo título o ascenso.

“Nosotros contamos con una ley orgánica de la Policía Nacional, hay un artículo que dice que la Policía tendrá que ser evaluada física y psicológicamente, semestralmente, o dependiendo cómo lo requiera el mando. Ahora bien, todos los años los oficiales nos sometemos a una prueba física que se llama Prueba Física Acumulativa, correspondiente al año en el que estamos. Luego, si usted a los cinco años va a hacer un ascenso le hacen una prueba física por cada año”, explicó Nolasco.

Al respecto, detalló que existe un manual que rige la forma de aplicar las pruebas físicas, pues dependiendo de parámetros como la edad y otros factores particulares de cada persona se establece también el tiempo límite para realizarlas. De manera general indicó que la prueba física consiste en dos minutos de pechadas, dos minutos de abdominales y una corrida en una pista de 3,200 metros.

Otro oficial dijo sobre las mismas pruebas anuales: “En dos minutos hay que hacerse la mayor cantidad de abdominales, manteniendo los dedos de las manos entrelazados en la nuca y los codos hacia atrás, pues la abdominal tiene que pegar el pecho a las piernas al momento de subir”. De manera estimada calculó que algunos para aprobar deben hacer unas 70 abdominales, “los que solo hacen unas 15 se aplazan”, sentenció.

“La otra prueba es hacer pechadas, con la vista al frente y el cuerpo perpendicular al suelo, Los que pasan lo hacen como con 38 ó 40 pechadas, los que solo hacen unas 8 pechadas se aplazan”, continuó explicando, para finalizar con una corrida de 3.2 kilómetros durante 19 minutos sin detenerse.

$!Las pechadas forman parte de la prueba física anual para los miembros de la Policía Nacional de Honduras. Deben hacerse en dos minutos y la cantidad dependerá de la edad y otros factores.

Suspensión de las pruebas físicas

Desde el 12 de septiembre la Secretaría de Seguridad ordenó suspender las pruebas físicas dentro de los entes policiales hasta nuevo aviso, en lo que se esclarece qué desencadenó la tragedia en la Anapo.

El aspirante que habló con EL HERALDO dijo que “después de lo que pasó volvimos a ir a esa pista como dos veces, pero ahora está suspendida la prueba física, siempre nos dan ejercicios, pero no tan fuerte, por ejemplo, hacemos pechadas, ranitas, abdominales, tijeretas, cosas así”.

Aunque confesó que, al parecer, a algunos superiores les molesta que su proceso formativo esté siendo tan corto y sin los mismos retos físicos que los que ellos enfrentaron al inscribirse en la academia años atrás, algo que utilizarían como excusa para hacer comentarios groseros.

“Al principio sentimos miedo porque hay varios oficiales encargados y te hostigan para que mentalmente te pongás débil y te vayás. Ahorita, después de la determinación, nos critican mucho porque nos dicen que nosotros casi no hacemos ejercicio, que ese curso es regalado para nosotros, que si nos pusiéramos como a ellos ya no estaríamos ahí, un montón de cosas”, externó.

De igual forma, contó que a diferencia de lo que las autoridades policiales sostienen, fueron muchos los que desertaron de la Anapo tras las extrañas muertes de los tres profesionales universitarios, pues inmediatamente muchos padres llegaron a sacar a sus hijos y otros fueron expulsados tras ser sometidos a nuevos exámenes médicos en los que aparentemente se les detectó no estar aptos para continuar.

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