Con números clonados cometen estafas electrónicas, ¿qué hacer?

Los estafadores atacan a través de redes sociales, correos electrónicos (phishing), llamadas o mensajes. En los últimos cuatro años hubo 331 estafas electrónicas

Muchas personas que estafan de forma electrónica animan a la gente a entregar dinero o hacer transferencias bancarias. A veces se trata de redes de estafadores a nivel mundial.

jue 16 de noviembre de 2023 a las 0:0

5:53 min. de lectura

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un mensaje de texto desde un número de télefono con código de área de Bolivia fue todo lo que se necesitó para casi completar una estafa electrónica en Honduras.

La periodista de EL HERALDO Plus recibió un mensaje de WhatApp que, evidentemente, fue al azar.

“Hola, ¿cómo estás? Saludos a la distancia”, se leía en el texto enviado desde un número con terminación 120.

“Hola, ¿quién es?”, contestó la periodista.

“Dime quién de la familia te puede escribir desde Estados Unidos”, respondió.

En este punto, el equipo ya sabía que se trataba de una persona desconocida que buscaba obtener información para, en algún punto, sacarle dinero.

“¿Josué, Pedro, Juan o Antonia? Sabés que son muchos los familiares en Estados Unidos”, dijo la periodista.

De forma puntual, la persona optó por usar el nombre de Antonia, para luego continuar con la conversación.

En el intercambio de mensajes, que fueron bastante puntuales, aunque dejaban en evidencia que se trataba de una jugada poco coordinada, la persona pidió que fueran al aeropuerto por un equipaje enviado en un vuelo que ella había perdido, pues venía de viaje a Honduras y tuvo problemas para abordar.

Según la Comisión Nacional de Banco y Seguros (CNBS), este es uno de los métodos más usados por los estafadores para operar, al punto, que entre mentiras y engaños 331 personas han denunciado a la institución ser estafadas de forma electrónica desde 2020 hasta septiembre de 2023.

Cuando hablamos de estafa electrónica, fraude cibernético y hasta phishing, nos referimos a “cualquier actividad encaminada a obtener de forma engañosa, datos sensibles como información bancaria, credenciales de acceso, información personal para cometer delitos, provocando pérdidas financieras a las víctimas”, según define la CNBS en su página web.

$!Muchas de las personas reciben mensajes de texto o llamadas de estafadores que los persuaden para sacarles información que, posteriormente, usan para sacarles dinero.

Phishing y otras formas de operar

Para poder completar la estafa, la persona que le escribió a la periodista quiso hacer más creíble la historia del familiar, por eso le avisó que para reclamar el equipaje (dos maletas y una caja) necesitaba un código de vuelo.

“Ahorita voy a dejar tu número de referencia para que se comuniquen contigo”, escribió, aunque durante toda la conversación ignoró las preguntas personales que hacía la periodista.

Para seguir averiguando cuál era su objetivo, este equipo aceptó. No habían pasado ni 30 segundos cuando el teléfono sonó. Era una hombre, supuestamente de la aerolínea, con acento boliviano.

“Me estoy comunicando sobre unos equipajes que se han extraviado, dígame si tiene conocimiento”, dijo sin identificarse.

La periodista respondió de forma afirmativa, por lo que el hombre, quien dialogó con este equipo por casi tres minutos, pidió el código de vuelo, el país de donde venía el equipaje, el nombre de la persona que lo recibiría y una fotografía de la DNI.

Este equipo proporcionó información falsa, pero evidenció cómo en menos de tres minutos personas de otros países forman parte de una red de estafadores electrónicos a nivel mundial.

El objetivo era pedir información, luego persuadir de depositar dinero para reclamar el equipaje. Eso le pasó a Isabel Álvarez, una hondureña que reside en la capital del país. Ella facilitó toda la información, pero cuando iba a depositar le comentó a un conocido que trabajaba en la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), quien al verificar el número de teléfono (con código de área de Estados Unidos) le dijo que era clonado.

Este caso, quizá, es diferente a los 331 que la CNBS registró en los últimos cuatro años, pero tenía el mismo fin: una estafa electrónica.

Los reportes dicen que las 331 personas estafadas desde 2020 realizaron depósitos a cuentas corrientes o de ahorro, sin dar detalles de los montos depositados.

Los datos fueron proporcionados a través de la solicitud de información SOL-CNBS-497-2023, donde se evidencia que los casos iban en ascenso año con año, aunque en 2020, con la pandemia del covid-19, se reportó la incidencia más baja.

En 2021 se contabilizaron 48 denuncias, pero para 2022 las cifras se duplicaron. El reporte más preocupante es de 2023, pues hasta agosto hubo dos veces más estafas electrónica que en todo 2022 y 48 veces más que 2020.

Difícil de combatir

Según Yuri Mora, vocero del Ministerio Público, en esa institución reportan cuatro tipo de estafas con mayor frecuencia, dos de ellas de manera electrónica.

“El consejo es no hacer compras por internet, páginas de Facebook y eso, porque van a resultar estafados. Dentro de las cuatro principales estafas están la compra de paquetes turísticos o pasajes por Internet y a compra de productos”, dijo.

Señaló que los fiscales e investigadores hacen su trabajo luego de recibir la denuncia, pero no es fácil porque las personas que estafan usan perfiles y direcciones electrónicas falsas, por eso cuando los investigadores llegan no encuentran nada.

“Sí procesamos en la medida que se puede, pero no es tan fácil, justamente porque no dejan huella las personas que estafan por internet”, puntualizó.

La CNBS, por su parte, mencionó en su página web que los estafadores “buscan persona que sean de altos recursos y también existen los que se aprovechan de la necesidad de personas de bajos recursos o con dificultades financieras, ya que estas pueden estar dispuestas a tomar alguna decisión que les pueda traer ganancias a corto plazo”.

A inicios de 2023, la CNBS afirmó que los casos de estafas electrónicas, en este caso de phishing (envío de correos electrónicos que suplantan la identidad de compañías u organismos públicos y solicitan información personal y bancaria al usuario), se habían disparado.

Ante esto, pidió a los entes bancarios crear estrategias de mitigación para reducir delitos cibernéticos, poner doble filtro en la autenticación de los usuarios, crear políticas de congelamientos de fondos y crear programas de educación financiera en materia de ciberataques.

“Con esta nueva resolución bancaria, el usuario financiero deberá notificar a la institución financiera supervisada la ocurrencia del robo o fraude cibernético en un plazo no mayor de 48 horas desde su realización, debiendo presentar posteriormente a la institución supervisada el reclamo”, menciona parte del comunicado compartido el pasado 24 de marzo de 2023.

En el documento también se mencionaba que el banco está obligado a proporcionar de inmediato la hoja de reclamación correspondiente, pero de no cumplir con los requerimientos de la resolución emitida deberá devolver los fondos sustraídos de las cuentas bancarias por medio de transferencia de cuentas a terceros.

EL HERALDO Plus intentó comunicarse con Marcio Sierra, presidente de la CNBS, para conocer más detalles sobre los reportes de estafas electrónicas registrados por esa institución, pero no respondió los mensajes ni llamadas.

La Policía Nacional, por su parte, alertó que este tipo de estafas electrónicas se incrementan en fechas festivas, como Navidad.

Afirmó que los hackers y cibercriminales realizan una práctica llamada “ingeniería social”, que consiste en enviar por diferentes medios mensajes de felicitaciones o afines a celebraciones que redirigen a un enlace para descargar un malware (software malicioso) para robar información personal.

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Estafas por departamentos

Cuando de delitos se trata, Honduras tienen dos departamentos que siempre sobresalen: Francisco Morazán y Cortés.

Expertos dicen que es por la densidad poblacional, pero la cosa es que al hablar de estafas electrónicas no solo hay un patrón en cada departamento, sino que se ve reflejado por regiones.

En el caso de las víctimas de estafa, las denuncias son constantes en el centro, noroccidente y oriente del país.

En el centro, los municipios del departamento de Francisco son más Morazán son más vulnerables estafas electrónicas, mientras que en el norte sobresale Cortés, Atlántida y Yoro, donde en cuatro años hubo 84 denuncias.

En el noroccidente también está Santa Bárbara, Intibucá, Ocotepeque y Copán, con 16 casos.

El Paraíso, en el oriente de Honduras, por su parte, contabilizó seis personas que fueron estafadas de forma electrónica. El resto de casos se distribuyen en los demás departamentos.

Además, este rotativo identificó que el 53% de los denunciantes eran hombres, es decir, es más frecuente que resulten estafados de forma electrónica o son los que más ponen en aviso a las autoridades que fueron víctimas de terceros.

El resto de reportes corresponde a mujeres, aunque -en muchos casos- la denuncia no les traiga justicia, pues como dijo el portavoz del Ministerio Público, Yuri Mora, los estafadores usan datos y perfiles falsos, así como números de teléfonos clonados, por eso es difícil que la justicia proceda contra ellos.

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