Cada 48 horas un joven se suicida en Honduras

La mitad de los casos de suicidios en la última década corresponde a adolescentes y jóvenes, con un registro de casi 1,900 hechos, según un análisis de EL HERALDO Plus

Causas psicológicas, estigmas sociales y la falta de inversión en un sistema de salud mental universal para los hondureños han provocado el aumento de los suicidios, sobre todo en los adolescentes y jóvenes.

vie 30 de junio de 2023 a las 0:0

8:53 min. de lectura

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Una ruptura amorosa, perder a un ser querido, quedarse sin empleo, o sufrir de acoso constante son situaciones difíciles de afrontar, que pueden dejar un grave impacto emocional al punto de orillar a las personas a tomar la fatal decisión de suicidarse.

“¿Por qué? ¿Por qué lo hizo si era una persona joven tan llena de vida?”, lamentan con profunda agonía y consternación los padres, hermanos, familiares y amigos de aquel que decidió ponerle fin a su vida.

Erróneamente, se asocia que la juventud es siempre sinónimo de alegría y vitalidad, sin reflexionar acerca de las dificultades que se enfrentan en esa edad y las condiciones en las que se viven en el país.

La Unidad de Datos de EL HERALDO Plus analizó la cantidad de suicidios acumulados desde 2013 hasta junio del presente año, período cuando 3,911 personas se quitaron la vida, de acuerdo a las estadísticas brindadas por la secretaría de Seguridad a través de la solicitud SOL-SSSS-1894.

De ese número, al menos 1,884 tenían entre los 11 a 30 años -lo que representa el 48% o casi la mitad de los casos-.

Esta cifra deja también un promedio aterrador: cada 48 horas un adolescente o un joven se suicida en Honduras.

Causas psicológicas, estigmas sociales y la falta de inversión en un sistema de salud mental universal para los hondureños han provocado el aumento de los suicidios en el país, sobre todo en los adolescentes y jóvenes.

Se disparan los suicidios

Luego de la pandemia de covid-19, los suicidios se dispararon en el mundo y Honduras no fue la excepción, arrastrando con ello a la población joven.

El año con más suicidios fue 2021 con un total de 558 muertes por esta causa (238 fueron de adolescentes y jóvenes).

La cifra representó un incremento del 36 por ciento comparado con 2020, cuando 409 personas se quitaron la vida (conservando la tendencia en la población joven, con 196 casos).

Al menos en 2022 la cifra se redujo a 417 casos (una caída del 25 por ciento), pero el patrón es el mismo, con el 46% que corresponden a personas entre 11 y 30 años.

Una simple radiografía al sistema sanitario en Honduras refleja que la salud mental no parece un derecho, sino más un privilegio condicionado a los ingresos económicos y el lugar en el que se reside.

Hay poco personal focalizado a la salud mental en la estructura del sistema público de salud en el primer nivel, a pesar de la oferta de 1,078 centros de salud, seis hospitales nacionales y 16 hospitales regionales.

Con dos hospitales psiquiátricos, la capital de Honduras concentra la mayoría de centros con servicios de salud mental, marginando al resto del territorio nacional.

No obstante, las cifras reflejan que los casos de suicidio, si bien se concentran en Francisco Morazán -donde se localiza la ciudad capital- y Cortés, se reparten por todo el territorio nacional.

Francisco Morazán reporta 403 suicidios de jóvenes, seguido de Cortés (con 229 casos).

Comayagua, con 148; Copán (144 ) e Intibucá (131) siguen en la lista. Al sumar las cifras de estas regiones, contabilizan 1,055 muertes. En en otras palabras, el 56 por ciento de suicidios en adolescentes y jóvenes ocurrieron en solo cinco departamentos.

A nivel general, la tasa de suicidios de Honduras por cada cien mil habitantes (pccmh) fue de 6.7 en 2021. En 2022 bajó a 4.8 y hasta las cifras del 4 de junio del presente año, la tasa parcial es de 1.8 suicidios pccmh, según cálculos de la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus.

Machismo y trabajo

“Los hombres no deben llorar”, “llorar es para niñitas” y otras frases similares han replicado la creencia de que los hombres deben ser “fuertes”.

El machismo ha provocado que los hombres no busquen ayuda profesional cuando se encuentran mal emocionalmente, según el psicólogo Warren Ochoa.

“La cultura machista enseña a los hombres a comportarse como si fueran invulnerables, a que no busquen ayuda, resuelvan sus problemas solos y que sean poco comunicativos”.

De igual forma, subrayó que pese a que el intento de suicidio es más frecuente en mujeres, quienes más terminan cometiéndolo son los hombres.

Esto no es propio de Honduras, sino una tendencia a nivel mundial, pues de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 79 por ciento de suicidios son cometidos por hombres.

Los hombres y adolescentes de Honduras tampoco son la excepción. Del total de suicidios en personas solo entre los 11 a 30 años, 1,345 fallecidos fueron hombres. En otros términos, 7 de cada 10 suicidios en gente joven corresponden al género masculino.

Si bien los problemas económicos, rupturas sentimentales o la sensación de fracaso y vacío pueden detonar un suicidio, esto no quiere decir que son las causas. Ochoa explicó que los causales del suicidio son producto de alteraciones del estado de ánimo, las cuales pueden ser bipolaridad (tipo 1 y 2), depresión persistente, depresión mayor y el trastorno límite parasuicida de la personalidad.

Además de estos factores psicológicos, también destacó una causa biológica. De acuerdo al psicólogo Ochoa, a esta edad la corteza cerebral del lóbulo frontal no ha madurado completamente.

“No logran ver claramente las consecuencias de sus actos, no logran anticipar. Son impulsivos, no logran contener de forma adecuada sus actos”. Sumado a ello, el experto apuntó que el consumo de alcohol en estas personas influyen en ser más propensos a cometer este acto.

La vida en la zona rural es más difícil. No todas las comunidades se encuentran desarrolladas y carecen distintos servicios, entre ellos la salud. EL HERALDO Plus también comparó la cantidad de suicidios y la ocupación de las víctimas, con lo cual se descubrió que son los trabajadores del campo quienes más han recurrido a quitarse la vida, sumando 1,314 casos entre labradores, jornaleros y agricultores.

A criterio de Ochoa, los trabajadores de esta área tienen mayor acceso a medios letales como plaguicidas, venenos y armas de fuego.

Igualmente, señaló que la pobreza y falta de centros de atención psicológica pública vuelven más proclives a estas personas a acabar con su vida.

“No existen recursos de salud pública que lleguen a esos lugares. La mayoría de servicios de salud se encuentran en las grandes urbes. Las personas de las zonas rurales,y entre más alejadas son, más a su suerte quedan”, manifestó.

La cifra de estudiantes que arrebataron su vida también resultan alarmante, pues en diez años, 292 educandos se suicidaron, quienes principalmente suelen estar entre la pubertad y la adolescencia. En un promedio anual, 30 estudiantes tomaron esta decisión, lo cual en otras palabras significa que de cada diez suicidios, tres suelen ser estudiantes.

“En los años de secundaria pueden estar experimentando acoso escolar (bullying), abuso sexual, maltrato, haber sido víctima de negligencia, abuso infantil”, añadió Ochoa. A la vez, recalcó que haber experimentado vivencias traumáticas en la niñez vuelve más proclive a las personas a tomar esta decisión a lo largo de su vida.

Durante el análisis, también se descubrió que un considerable número de amas de casa fallecieron suicidándose. En diez años, 357 personas que se dedicaban a esta ocupación murieron de esta manera: 345 mujeres y 12 hombres.

Mitos

Además de la cultura machista, existen mitos y estigmas propagados en la mentalidad de los hondureños, los cuales están muy presentes y son como una especie de barrera que limita a las personas a buscar auxilio.

Una creencia errónea muy frecuente es pensar que las personas que han expresado sus intenciones de suicidarse lo hacen para llamar la atención.

“Muchas personas lo anuncian por meses y nadie les hace caso porque piensan que están bromeando. Siempre hay que darles importancia porque nos indican que algo está mal”, advirtió Blanca Fernández, coordinadora de la Escuela de Ciencias Psicológicas en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

Otro mito popular que destacó la académica es creer que si se habla sobre el suicidio se incita a la persona a cometer el acto, algo completamente distinto a la realidad, ya que al salir a flote el tema puede resultar beneficioso.

Entre otras falsas creencias, está la de suponer que si alguien ya intentó suicidarse no volverá a hacerlo, cuando en realidad el riesgo aumenta, advirtió Fernández.

Si bien una gran mayoría de las personas que se suicidan tienden a padecer de depresión, es incorrecto asumir que todo suicidio es resultado de esta enfermedad. “Hay personas que por una mala noticia o una experiencia traumática u otras circunstancias diferentes a la depresión pueden intentar suicidarse”, aclaró.

A pesar de que sea complejo detectar a alguien con ideaciones suicidas, hay comportamientos que pueden servir como señales.

“Si observamos una persona que ha cambiado su comportamiento drásticamente, se aísla, empieza a vender todas sus cosas, baja de peso o muestra cualquier indicio de lesión física, podemos acercarnos y preguntar qué está pasando y apoyar a esta persona. A veces solo ocupan que alguien los escuche y no los juzgue”

¿Qué hacer?

El presidente del Colegio de Psicólogos de Honduras (Copsih), Augusto Aguilar, estimó que en Honduras hay entre 2,800 a 3,000 psicólogos activos a nivel nacional.

A pesar de ello, la cantidad de estos profesionales en el sistema de salud público es escasa. “Yo creo que no llegan ni a cien”, comentó Aguilar, lamentando que no se le haya dado la suficiente importancia a la salud mental.

Seguidamente, reveló que el Copsih desde hace años le ha sugerido a las autoridades de salud la creación de una subsecretaría de salud mental, la cual debería encargarse de la planificación, organizar, dirigir y realizar acciones de salud mental en todos los centros de salud y hospitales públicos.

Esta falta de profesionales también se refleja en el sistema educativo público, lugar donde, según los expertos, debería comenzar la implementación de educación y salud mental.

Para ello, el Colegio de Psicólogos ha trabajado de cerca con las autoridades de la secretaría de Salud (Sesal) en un proyecto de ley para que los expertos en salud mental sean integrados en todo el sistema educativo público. Asimismo, aseguró que los padres de familia también deben ser involucrados en este proceso, el cual debería comenzar primero en las escuelas con más población estudiantil.

“Además, nosotros propusimos que se estableciera el servicio social, tal como lo hace la carrera de Medicina”, agregó el presidente del gremio de psicólogos. La idea es que los estudiantes al culminar sus clases sean enviados a los distintos centros escolares del país y que sea la Sesal quien les asigne un sueldo beca.

Por su parte, Blanca Fernández también considera de gran importancia la integración de acciones de promoción de salud mental en las escuelas, las cuales ayudarían a frenar los suicidios.

“Deben incorporarse elementos de prevención desde las escuelas, programas para desarrollar competencias socioemocionales como autoestima, asertividad y resilencia, los cuales son factores protectores para mitigar las depresiones e intentos de suicidio”, profundizó.

Estas serían, de acuerdo a la académica, las medidas de prevención en primera línea. Como segunda línea, debe haber un plan de intervención para las personas que tienen pensamientos suicidas o ya intentaron hacerlo. “Se debe hacer una intervención integral para salvaguardar la vida pero también restaurar el equilibrio emocional”, puntualizó Fernández.

Programa de salud mental

Honduras está cerca de implementar un programa de salud mental que le permitiría mejorar la atención psicológica y psiquiátrica en los hondureños

Carolina Padilla, psicóloga técnica en Redes Integradas de Salud en Salud Mental de la secretaría, informó que se espera que entre finales de este año o inicios de 2024 entre en función el Programa Nacional de Salud Mental.

“Al contar con un programa nacional de salud mental tendríamos la accesibilidad a los servicios de esta prestación por parte de los usuarios. Podrán contar con este servicio de atención de manera integral”, explicó.

Al mismo tiempo, detalló que se está elaborando un decreto ejecutivo para legalizar la estructura de este y otros programas de la Secretaría de Salud. También, agregó que “en este momento estamos en la fase final de la contratación de un grupo de consultores elaborarán el plan nacional de salud mental y la revisión de su política”.

“Cuando hablamos de salud mental no solamente nos debemos de referir a los hospitales psiquiátricos. Las personas lo piensan de esa manera y todavía existe el estigma y discriminación de que una persona que tenga un padecimiento de la salud mental es una persona a la que le ponemos un estigma de locura”, aclaró.

Además, las políticas serán trabajadas con la mesa interinstitucional conformada por distintos organismos, como la secretaría de Educación, la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Médicos Sin Fronteras, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos en Honduras (Conadeh), entre otros.

¿Dónde acudir?

La UNAH ofrece a la población en general servicios de atención psicológica en su campus en Ciudad Universitaria.

Las personas pueden acudir al Centro de Atención Psicosocial (CAPS) ubicado en el tercer piso del edificio F1, en un horario de lunes a viernes de 8:00 de la mañana a 7:00 de la noche.

Entre sus servicios, el CAPS dispone de psicoterapia y consejería, evaluaciones y diagnósticos de problemas emocionales y conductuales, entre otros servicios.

De igual forma, la Escuela de Ciencias Psicológicas de la máxima casa de estudios atiende de forma virtual a través del programa “LA UNAH TE ESCUCHA”, el cual es completamente gratis.

Solo debe acceder al sitio web psicologia.unah.edu.hn, dirigirse a la sección de “Servicio de Atención y Orientación Psicológica” y dar click en “Chat en Línea”. Su horario de atención de 9:00 de la mañana a 9:00 de la noche.

Otro servicio disponible es el Teléfono de la Esperanza, al cual puede abocarse marcando gratis al 150 desde su teléfono o enviando un mensaje a través de WhatsApp al 9997-7719.

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