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El Negrito, Yoro, nuevo hogar de Rambo de León en la Liga de Ascenso

El veterano futbolista se prepara a todo vapor para debutar con su club número 25 con el Atlético Junior, que se estrenará en Segunda División
18.08.2022

EL NEGRITO, YORO.-Antes podrían mencionarte el nombre El Negrito, Yoro, y sería el último lugar en el que pensabas ver a la figura del aclamado futbolista hondureño Julio César de León Dailey. Estamos hablando de un pueblo en proceso de desarrollarse gracias a su economía fortalecida por la agricultura.

La trayectoria hacia esta comunidad fue una odisea debido al zigzag constante en la carretera desde Santa Rita para esquivar los cráteres en el pavimento, aunque las turbulencias finalizaron una vez llegamos a la comunidad, ya que el pavimento se acaba y empieza la ruta en tierra para recordarte el confortante pueblo en el que te encuentras.

Esta vicisitud la sufrió el gran Rambo, quien en su camino al entrenamiento rutinario de 4:00 a 6:00 pm, fue víctima de un problema mecánico en su automóvil, que lo traicionó y lo dejó varado en la hostil autovía donde un compañero lo rescató y lo llevó al estadio Municipal Gonzalo Maldonado sano y salvo, tarde pero seguro.

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‘Rambo‘ de León no pierde la sonrisa en la cancha; los niños se asombran cuando lo ven.

La casa de Rambo

Zona Deportiva lo esperaba desde las 3:00 de la tarde. En el lugar ya se encontraba una docena de jugadores junto al entrenador del Atlético Júnior, el colombiano Hernando Medrado, sentados en las bancas de una humilde pulpería enfrente del inmueble.

Mientras se hacía la hora del ensayo, los futbolistas llegaban poco a poco, algunos a pie, otros en moto, mototaxi y hasta a jalón en un carro de paila.

El entrenamiento comenzó y Rambo aún no aparecía. Empezó a lloviznar y el “inmortal” 10 porteño aún no daba señales de vida, pero cuando el reloj marcaba las 4:15 de la tarde, un Hyundai Elantra rojo se parqueó en la acera y rápidamente el pasajero se bajó: 1.67 metros de estatura, con lentes de sol, trenzas en el cabello, portando tenis Nike, ropa deportiva y jalando una maleta de ruedas.

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Saludó a sus servidores y se adentró al campo donde todos lo esperaban. Los niños en la banca dijeron asombrados: “¡Ahí viene Rambo!”. De León se acercó a su técnico y lo primero que hizo fue quejarse del atraso que tuvo. De su maletín sacó su uniforme rojo con azul donde la ‘10’ en su espalda le queda como anillo al dedo. En la esquina de la cancha hizo un apresurado calentamiento para salir al terreno de las acciones.

El primer ejercicio constaba en realizar pases a profundidad que culminaran en centros al punto penal. A Rambo le daban unas “rocas” y él con elegancia recibía para asistir con una joya al espacio. Dentro del área, definía con clase para mandar el balón al fondo de las redes.

De sus tacos Puma One FG/AG salían pura magia. Después el DT cafetero impuso la práctica de transiciones del esférico de costado a costado en el campo.

Julio César se cansó de poner bombones y bajar el balón como chicle con ambas piernas. En los ejercicios de resistencia y velocidad, él no era el primero, pero tampoco el último, lo hacía a un ritmo promedio, mostrando un físico apto para ser titular con su equipo 25 en su carrera, el cual podría ser el último.

En el colectivo a Rambo lo utilizaron como comodín en el mediocampo, su oficio era simple: repartir el queso. No corría, no marcaba, pero no tenía por qué, pues su labor es crear y generar oportunidades en ataque cada vez que el balón pasa por sus pies.

El ex del Parma, Génova, Torino, Fiorentina y Reggina mantiene su flamante sonrisa dentro de la cancha a sus casi 43 años.

Al final de la práctica, el trotamundos del fútbol era un ejemplo para los ejercicios regenerativos.

Todo era risas en el Atlético Júnior, donde no existe el Rambo de la gente, pues lo llaman solo Julio. La aventura terminó con el popular futbolista a jalón en una camioneta repleta hacia la zona transitada de la comunidad para buscar transporte hacia su departamento, descrito como sencillo, en la zona alta de El Negrito, que ahora goza de la leyenda viviente del balompié hondureño.

Fichaje providencial

El presidente del club yoreño, Jayro Mejía, admite que la contratación de Rambo era necesaria, ya que “es el creativo que nos hacía falta”, confesando que “lo llamamos vía teléfono y le presentamos el proyecto, le agradó la idea de venirse debido a la competitividad. A él le fascina la idea de desarrollo que tenemos en el Valle”.

El estratega Medrado menciona que la llegada de Rambo “fue una decisión de directivos porque la idea es integrar jugadores referentes”.

Sobre su edad, el técnico puntualiza en que “el ser humano no termina de aprender y mejorar, él se ha acoplado y rendido bien en el grupo. Ha venido siendo titular y esperamos que así siga. Su presencia hace afecto cuando se necesita esa tranquilidad, ese pase a gol o un cobro a balón parado”.

El trotamundos del fútbol es un ejemplo para los ejercicios regenerativos.