La IA es una herramienta de doble filo en el ámbito criminal. Si bien puede ser un aliado poderoso para la investigación, también potencia el surgimiento de nuevos delitos cibernéticos
"La responsabilidad por decisiones judiciales erróneas con IA recae en desarrolladores, instituciones o peritos, pues la IA no tiene personalidad jurídica ni culpa"
La IA debe garantizar esa confidencialidad de la información tratada. Entonces nos preguntamos: ¿quién es responsable si la IA lleva a una decisión judicial errónea?
Ya hemos visto en el pasado reciente la capacidad de generar deepfakes mediante videos y audios manipulados, creando así una alta preocupación ante la posible existencia de pruebas falsas