Era una junta de trabajo normal para un hombre, llegó temprano, se sentó y abrió su computadora para exponer ante sus colegas la agenda del día, sin embargo, cuando miró sus correos se dio cuenta de algo que le cambió la vida.
El señor comenzó a gritar de alegría, mientras un grupo de personas lo miraban con susto y al mismo tiempo asombro. Y solo segundos después comenzó a gritarle a cada uno de ellos y salió de la sala de juntas.
Se fue hasta la mesa de su jefe y le dio varios golpes lanzándolo al suelo, luego se bajó la su pantalón encima del escritorio de su patrón y lo comenzó a orinar a la vista de la secretaría quien se refugió en una esquina.
El hombre se había dado cuenta de que se ganó la lotería y a lo mejor se quiso desquitar los días de angustia y frustraciones que le hizo pasar su empleador durante trabajó para la compañía.