Zara Hartshorn es una adolescente estadonidense que, a pesar de que sólo tiene 16 años, tiene un aspecto de una mujer de 60.
Hartshorn padece una rara enfermedad denominada lipodistrofia, causada por anormalidades genéticas heredadas, en este caso de su madre.
Esto ocasiona que su piel careciera de elasticidad y se la viera arrugada y torcida.
Zara estuvo expuesta a las burlas y risas de sus compañeros de colegio, que la llamaban 'mono' y 'abuela'. Hasta tal punto, que una vez el conductor de un autobús le hizo bajarse porque no se creía que fuera una niña; también la han confundido con la madre de su hermana, cinco años mayor que ella.
Ahora, su vida ha cambiado gracias a una técnica pionera en Estados Unidos que consiste en realizar una cirugía de estiramiento facial, operación que le han realizado de forma gratuita.
Esto le ha permitido ganar confianza en ella misma, lo que ha provocado que inicie una relación con un chico, Ricky, y que tenga fuerzas para cumplir su deseo de estudiar en una universidad.