Aun que está ubicada en el departamento de Gracias a Dios, al noreste de Honduras, La Mosquitia tiene su parte caribeña.
Su interior sobresale por la impresionante Biosfera del Río Plátano, que desde 1982 es Patrimonio Mundial de La Humanidad y que para nosotros es como el Amazonas catracho. Con una extensión de 800,000 hectáreas, esta región representa el 7% del territorio hondureño. La puerta de entrada a este inmenso escenario verde es la aldea pech de Las Marías; uno de los últimos asentamientos humanos a orillas del río Plátano. Lo que sigue después es solo selva tropical húmeda.
La región es considerada como el bosque tropical húmedo más extenso de América.
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Además de Río Plátano, están la Reserva Antropológica Tawahka; el Parque Nacional Patuca; el Refugio de Vida Silvestre Cruta Caratasca y la Reserva Biológica de Rus Rus, que incluye la sierra de Warunta y sus famosas cavernas de piedra caliza.
La parte caribeña de La Mosquitia es la parte oeste que colinda con el departamento de Colón.
La biosfera es el hábitat de muchas especies de la fauna como monos capuchinos, tigrillo o gato de monte, lince, jaguar, tucán y guacamaya, manatíes, pitones y anacondas.
Posee árboles de 50 metros de alto y una gran diversidad de estos. Y más de 69 sitios arqueológicos, los cuales ayudaron a descubrir una ciudad perdida.
Ciudad Blanca
La Mosquitia es un paraíso de selva virgen donde el turista tiene la oportunidad de dormir con las etnias pech y misquita, que por siglos han respetado la selva, y descubrir una tierra llena de fantasías, donde coexisten el manatí y la guara.
Un sitio que ha sido habitado por humanos desde hace miles de años, como lo demuestran los petroglifos de las cavernas y cómo lo vio con sus propios ojos EL HERALDO al descubrir la llamada Ciudad Blanca en 2012 al hacer una expedición a la zona.
El hallazgo de Ciudad Blanca, la mítica urbe perdida que había sido buscada por exploradores desde hace décadas, fue confirmado en marzo de este año por la revista National Geographic,
Christopher Fisher, un arqueólogo mesoamericano del equipo de la Universidad Estatal de Colorado, dijo que el estado prístino en el que fue hallado el sitio fue “increíblemente raro”.
“El contexto no perturbado es único”, dijo Fisher. “Esta es una poderosa exhibición ritual, tomar objetos de riqueza como esta fuera de circulación”.