Mientras en una fría sala de la morgue capitalina reposaba el cuerpo de Sailyn Gabriela Colindres Palma, la niña de 14 años que fue hallada ensabanada en la cuesta del barrio El Chile, afuera del inmueble, entre sollozos y evidente dolor, familiares y vecinos, esperaban el cadáver. Todos clamaban por justicia y perdón divino.
Cinthia Palma, la madre de la víctima, manifestó que en su corazón latía la esperanza de que no fuera su hija la que estaba en el interior de la morgue. Mientras esperaba en la calle, entre lágrimas y presa de la conmoción, una amiga la abrazaba con fuerza.
Aún en la prueba más dura, la progenitora de Gabriela Colindres envió un mensaje de esperanza a los responsables del crimen. 'Yo bendigo a esas personas y declaro que le van a servir a Cristo un día y van a dejar esa mala vida que llevan. Hay un Dios que tiene respuestas', dijo.
Sobre el futuro que le fue arrebatado a su pequeña, la adolorida madre contó a EL HERALDO que su 'muchacha' ya no podría cumplir el sueño de ser una destacada maestra de danza.
'Ella quería ser maestra de danza e ir a las naciones a danzar. ¡Qué dolor más duro papito Dios!', expresó.
Según el desgarrador testimonio, toda la familia asistía regularmente a la iglesia evangélica; Gabriela Colindres era 'una fiel servidora del Señor'.
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Crimen
El cuerpo sin vida de la menor, que cursaba secundaria en la escuela República de Argentina, fue lanzado a la orilla de la calle en la famosa cuesta del barrio El Chile.
En la escena del crimen llamó la atención el grado de ensañamiento con la víctima. El cadáver presentaba fracturas múltiples en las articulaciones: visiblemente se notaba que el cuerpo estaba completamente doblado y envuelto en una sábana gris.
La investigación está a cargo de las autoridades hondureñas; hasta el momento no hay ningún detenido.
