En un pais donde el sol se levanta, mas alla del atlante azulado, vivian dos hermanos de la tribu Pech, ambos condenados a desaparecer en la historia.
Sin embargo estos hermanos le declararon la guerra al destino, declararon que no era posible sucumbir ante este, el destino enojado por el desafio decidió ponerse de acuerdo con los Dioses del hambre para castigar a tan litigantes integrantes.
El miedo no era parte de su arsenal, combatieron al mismo con valores morales, su espada la libertad, su cuchillo la identidad nacional, su escudo decir la verdad y proclamar y reclamar su lugar en el mundo a todo coste. No se dejaron vencer por el hambre, aprendieron a cultivar la tierra, a usar la educación contra el engaño.
Hoy esos hermanos son los heroes mejor recordados de aquella patria que despertó de un sueño servil y profundo, que demostró al mundo su lugar, destrozando su infame eslabon.