La población dirigida y coordinada por el partido de gobierno llegó desde tempranas horas a las instalaciones de la UPNFM bajo la promesa de que se les entregaría su DNI, que podrían realizar su enrolamiento y también solicitar el traslado domiciliario de cara a las elecciones de noviembre.
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Sin embargo, la actividad se vio plagada de desorganización, incumplimiento a las medidas de bioseguridad y olvido de la pandemia por la covid-19.
En vídeos que circularon en las redes sociales fue preciso observar cómo adultos mayores, mujeres embarazadas, niños y personas discapacitadas hacían largas filas en plena vía pública y bajo los fuertes rayos del sol.
Un hombre apostado frente a los portones universitarios y con un megáfono en mano, pretendía dar las instrucciones para abrir paso a los solicitantes que permanecían esperando detrás de una simple cuerda atada como obstáculo de ingreso al lugar. No obstante, las personas -casi eufóricas- se empujaban, forcejeaban y hasta gritaban por obtener un cupo y llevar a cabo su diligencia.
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En el sector no se pudo apreciar a ninguna autoridad policial ni tampoco a personal del Registro Nacional de las Personas (RNP) para prevenir la aglomeración de la gente en la zona, que terminó convirtiéndose en un posible foco de contagio para decenas de hondureños.
