Nacer niña hoy en muchos países del mundo significa enfrentarse a múltiples obstáculos por la doble discriminación a la que se exponen: su edad y su condición de niñas.
Las niñas y mujeres conforman el 70% de personas pobres en el mundo. 900 millones de ellas viven con menos de un dólar al día por falta de empleo, fuentes de ingreso o simplemente por ser niñas.
50% de las víctimas de abusos y violaciones son niñas menores de 18 años; se enfrentan a barreras que limitan su desarrollo como son el embarazo y el matrimonio temprano que las aleja de la escuela, simplemente por ser niñas.
Existen un poco más de 104 millones de niñas en la región de América Latina y el Caribe, y muchas de ellas experimentan rezagos marcados por cuestiones de género, lugar de residencia, razones socioeconómicas o su etnia. Pese a los avances en el acceso a la educación, la escuela sigue reproduciendo estereotipos que reducen sus opciones futuras, simplemente por ser niñas.
Por estas y otras razones, el año pasado Naciones Unidas declaró el 11 de octubre como Día Internacional de la Niña. Se celebrará por primera vez en 2012 para hacer un llamado de atención a la especial situación de vulnerabilidad y a la injusticia que sufren millones de niñas.
Plan Internacional lanzará este día la campaña “Por ser niña” con un evento liderado por el secretario general de la ONU en Nueva York, y simultáneamente en 70 países. El compromiso de la campaña es promover el empoderamiento de las niñas y el desarrollo de todas sus habilidades para avanzar hacia la igualdad de género y la garantía de sus derechos, particularmente que estudien por lo menos nueve años con calidad en ambientes seguros y con el apoyo de sus comunidades.
Numerosos estudios nos muestran que la educación de las niñas es el factor decisivo para romper el ciclo inter-generacional de la pobreza. Mujeres con mejor educación tienen menos hijos e hijas, generan mayores ingresos e invierten más en el bienestar de sus familias.
En Latinoamérica, la campaña quiere enfatizar la urgencia de enfrentar la violencia contra las niñas, el embarazo temprano de adolescentes y el mejoramiento de la calidad de la educación que reciben.
Pero la causa de las niñas no solo es un asunto de justicia y de igualdad de derechos: trae beneficios económicos. Cierto: educación y protección para las niñas requieren inversiones mayores, pero estas se amortizarán de forma múltiple en el futuro. Cada año adicional de una niña en la escuela aumenta significativamente su ingreso y contribuye al crecimiento económico del país.
Intentaremos sumar a todas las fuerzas de la sociedad civil, de la vida pública y del sector privado que apoyen los objetivos de la campaña “Por ser niña”. Solamente una alianza verdadera nos llevará a la meta de garantizar que todas las niñas y niños gocen de todos sus derechos sin excepción y sin discriminación.