Engaño. Porque con premeditación, alevosía y, muchas veces, ventaja se valen de artimañas para estafar, conseguir beneficios sexuales y hasta votos, tratándose de gente de toda ralea que se halla en las calles, los centros de trabajo y las mismas instituciones políticas, al acecho de incautos que caen en el engaño y creen en sus falsedades.