Editorial

Un Plan de Desarrollo Integral

Los migrantes que salieron en caravana desde Honduras y otros países de la región en busca de mejores oportunidades de vida en el gran país del norte llegaron a la frontera sur de Estados Unidos. Allí, unos esperan (en condiciones precarias) que les den el paso para presentarse ante las autoridades norteamericanas y solicitar asilo político, y otros están cruzando la frontera por puntos ciegos, solos, en grupos o con la ayuda de coyotes, e incluso saltando el muro con el que se han topado sus sueños. En Honduras, el país del cual proviene la mayoría de los caminantes, ya casi nadie se acuerda de ellos. Aquí la agenda de la clase política y gobernante está centrada en las acciones judiciales por corrupción que se incoan a varios de sus prominentes miembros, mientras que el pueblo de a pie sigue luchando por conseguir los recursos básicos que les permitan atender a sus familias. En medio de este panorama desolador para los miles de migrantes que tienen que enfrentar, además, los ataques xenofóbicos de algunos ciudadanos de las ciudades donde se encuentran y el cierre de los albergues, los presidentes de México, Andrés Manuel López Obrador; de Guatemala, Jimmy Morales; de Honduras, Juan O. Hernández, y el vicepresidente de El Salvador, Óscar Ortiz Ascencio, firmaron, horas después de la toma de posesión del primero, una carta de intenciones para implementar un Plan de Desarrollo Integral para el Triángulo Norte con el que buscarán atacar las causas del fenómeno migratorio, atender a la población que va en tránsito y los programas de retorno.

López Obrador ha dicho que hablará con las autoridades de Estados Unidos sobre el tema y que están buscando soluciones integrales y estructurales al fenómeno, como “impulsar actividades productivas e incentivar empleos en Centroamérica” y México. “Esa es la solución que vemos para atender el problema migratorio”, apuntó el gobernante azteca. Y eso todo el mundo lo sabe. La esperanza es que este nuevo intento no se quede en los papeles firmados hasta ahora y que de una vez por todas se generen esas oportunidades de trabajo que los más pobres demandan desde hace años en Honduras y la región.