Por tercer año consecutivo, la Academia Hondureña de la Lengua ha reconocido la trayectoria intelectual de compatriotas que a lo largo de su existencia se han distinguido en el campo de las letras. El premio lleva el nombre del novelista social Ramón Amaya Amador.
El primero en ser honrado con esta distinción, que conlleva una suma en efectivo, fue el poeta Pompeyo del Valle, recientemente fallecido, cuya obra completa fue editada con anterioridad a su deceso; el segundo, el narrador, historiador y bardo Miguel R. Ortega; hoy el seleccionado ha sido el intelectual Julio Escoto, columnista de este diario, quien exitosamente ha incursionado en la novela y el cuento, además de ser un permanente animador de la actividad cultural en San Pedro Sula, impartiendo talleres literarios, alentando a jóvenes que recién se estrenan en el mundo de las letras y las artes.
Adicionalmente, la Academia Hondureña de la Lengua ha creado otro premio, por el cual estimula a historiadores jóvenes que ya sobresalen en materia de investigación de nuestro pasado. Por vez primera recién se ha conferido a Evelio Inestroza, quien ha realizado aportes bibliográficos en distintas temáticas del pretérito nacional.
Así, la docta Academia Hondureña de la Lengua, cada día proyectándose más cercanamente con los educadores a fin de mejorar la enseñanza del español en escuelas, colegios y universidades del país, reconoce la valía y contribuciones de quienes, sin pertenecer a esa institución sin fines de lucro, fundada en 1948 por iniciativa del polígrafo Rafael Heliodoro Valle y otros intelectuales, prosiguen brindando generosa y desinteresadamente sus conocimientos y experiencias a la juventud. Diario EL HERALDO congratula a los dos justamente homenajeados, extendiendo este reconocimiento a la Academia Hondureña de la Lengua por contribuir a reconocer en vida los méritos acumulados a lo largo de su existencia por hombres y mujeres que han sabido dignificar y ampliar las fronteras de Honduras y lo hondureño en las ramas literaria e histórica.