Editorial

¿Hora de quitarse la mascarilla?

La pandemia de la covid-19 no ha terminado en Honduras ni en el mundo. Son muchos los países en Europa y Asia que siguen de cerca la evolución de la misma y retoman medidas drásticas para frenar los picos que golpean a sus poblaciones.

En muchos de esos países que hoy retoman las medidas de bioseguridad se había eliminado el uso obligatorio de mascarillas en momentos en que los niveles de vacunación de sus poblaciones superaban el 80% y hasta el 90%.

Desde el inicio de la pandemia, las condiciones y el manejo de la misma en Honduras han sido totalmente diferentes a las de otros países con sistemas sanitarios más potentes y con mayores presupuestos para el acceso a vacunas y medicamentos. Es claro que las decisiones de esos países se hicieron en condiciones diferentes a lo que se hizo en Honduras, donde sobresalieron los actos de corrupción, la falta de medicamentos e incluso de vacunas.

Otra diferencia marcada ha sido la indiferencia de un gran porcentaje de la población que siempre tiene bajo la manga un as para negarse a la vacunación, que alcanza hasta ahora el 80% de ciudadanos con una dosis; el 66% con dos dosis y el 56% con la tercera dosis o el refuerzo. Con estos niveles de vacunación no es prudente que se pretenda levantar el uso obligatorio de las mascarillas, dicen los especialistas en temas sanitarios, ante el anuncio del diputado oficialista José Obed López de presentar en el Congreso Nacional una moción exhortativa para que se suspenda el uso de la mascarilla en el país.

El anuncio de López ha abierto el debate sobre si Honduras está o no lista para suspender el uso de la mascarilla. Lo cierto es que ya son muchas, quizá miles de personas, las que actualmente no están usando el tapabocas y que el número de casos, hospitalizaciones y muertes por covid han caído, pero esa no debería ser la pauta para tomar una decisión tan trascendental en momentos de incertidumbre sobre el futuro de la pandemia a nivel mundial.