Editorial

El derrumbe de la inversión externa

Una de las noticias más graves para la pequeña economía hondureña es sin duda la revelada esta semana por el presidente del Banco Central de Honduras, Wilfredo Cerrato, sobre la caída de la inversión extranjera.

El funcionario dijo que en el segundo trimestre de 2019 la inversión extranjera cayó 161.5 millones de dólares, es decir un 39.3%, como consecuencia de un menor crecimiento y la crisis político social que atraviesa el país.

Esta es la primera caída de este tipo de inversiones que han ayudado a mantener a flote la economía nacional en los últimos diez años, y que a pesar de los esfuerzos y los anuncios gubernamentales, no se habían registrado nuevas inversiones, pero se contaba con la reinversión de capitales que ya estaban trabajando en el mercado nacional.

La principal consecuencia de este anuncio será el cierre de empresas y, por ende, la pérdida de los empleos que generan. Para el caso, ayer se anunció el cierre de las operaciones de la cementera de capital colombiano Argos en San Lorenzo, Valle. El impacto directo será la pérdida de al menos 300 empleos directos e indirectos en la región sur, que de paso es una de las más pobres del país, y la reducción en el pago de Impuesto sobre la Renta de 335.5 a 197 millones de lempiras. El panorama económico nacional se pone más complejo y eso obliga a la reflexión de una clase política que hasta ahora no ha dado muestras de importarle el rumbo económico de la nación y de un gobierno que está obligado a definir medidas para enfrentar la crisis que sin duda golpeará a la población en los próximos meses. La empresa privada ha propuesto la adopción de una serie de medidas para enfrentar la desaceleración económica. Los tiempos que vive el país son difíciles, pero vale soñar y trabajar por soluciones a corto, mediano y largo plazo; soñar en un escenario en el cual todos los actores políticos y sociales de la nación, teniendo como meta alcanzar la paz social, trabajen en la elaboración de un plan de desarrollo que tenga como eje central garantizar la gobernabilidad y la atención de las necesidades de los más pobres. Honduras no puede darse el lujo de llegar a las elecciones de 2021 bajo el escenario actual. Se tiene que actuar ya.