2022 ha sido un año complejo para el sistema educativo nacional y hoy que se cierra oficialmente, según lo establece el calendario académico de la Secretaría de Educación, es un buen día para que las autoridades, y, junto a ellos, todos los actores del sector, hagan un alto para reflexionar sobre los resultados obtenidos, que, sin duda, no han sido los mejores.
El año académico se cierra con los mismos problemas que se arrastran desde antes de la pandemia de covid-19 que obligó al cierre de los centros de enseñanza por más de dos años y a una educación virtual que solo llegó a profundizar las desigualdades entre quienes pudieron tener acceso a la misma y la bajísima calidad de los contenidos de enseñanza, en todos los niveles.
Las cifras de organismos especializados en el tema son, sin duda, aterradoras, tal como se exponen en la investigación “Estado de País: Honduras 2022” de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ). “En 2021, solo 60% de los niños, niñas y jóvenes en edad escolar estaban matriculados y las estadísticas no mejoraron en 2022; la metodología de educación virtual que surgió durante la pandemia aumentó la cantidad de estudiantes excluidos, pues el 67.5% de hondureños no tienen acceso a internet; el 70% de los estudiantes hondureños no logra el estándar en Lectura y el 85% no logra el estándar en Matemáticas; ubicando a Honduras en los últimos lugares de la región.
En Lectura (Español), Matemáticas y Ciencias, los jóvenes hondureños de 15 años muestran un año de atraso respecto al promedio de América Latina. En el contexto regional, los menores de Honduras muestran dos años de atraso respecto a estudiantes de Costa Rica y tres años, respecto a los de Chile, en las tres áreas evaluadas”. Las tasas de reprobación son masivas, miles de niños y niñas abandonaron la escuela, la infraestructura escolar está colapsada.
El problema es altamente complejo y hay mucho por hacer para minimizar los daños que ya impactan entre los niños y jóvenes excluidos del sistema. Las respuestas deben ser contundentes.
