A partir de este lunes y después del prolongado feriado con motivo de la Semana Santa, las actividades vuelven a la normalidad en la empresa privada, sector público, escuelas, colegios y universidades.
El recreo en playas, ríos y balnearios llegó a su fin. Ahora es tiempo de retomar los retos y las responsabilidades de la vida diaria, de concentrarnos en nuestros quehaceres para echar a andar la rueda del progreso.
El trabajo es de todos, gobierno y ciudadanos.
Los diputados al Congreso Nacional, quienes no se habían desperezado aún de los 34 días que estuvieron ausentes de la cámara legislativa para dedicarse a las elecciones primarias e internas cuando les otorgaron once días más por la Semana Mayor, incorporándose hasta mañana a sus bancadas, son los primeros llamados a compensar con ejemplar laboriosidad el tiempo restado.
El salario que con puntualidad recibirán por 45 días no laborados, un privilegio que solo los paracaidistas pueden tener, debe ser devengado con trabajo, poniéndose al día con los proyectos de ley pendientes, entre ellos la Ley Orgánica de la Policía Nacional, la Ley de Colaboración Eficaz y el polémico artículo 335-B del Código Penal que debe ser derogado.
En el sector educativo, las autoridades conocerán un informe de la UPNFM sobre el actual sistema de evaluación versus la calidad educativa, que sigue siendo una tarea pendiente.
Así mismo, urge atender la emergencia que ha desatado en el sector caficultor la nueva especie de roya que afecta incluso aquellas variedades que eran inmunes, y que se ha detectado en la mitad de los 15 departamentos productores del aromático de cuyo cultivo dependen más de cien mil familias.
La crisis ambiental generada por los incendios forestales, algunos de ellos provocados por mano criminal y la impunidad en que siguen sus autores.
La mora judicial, las investigaciones que tiene pendientes el Ministerio Público relativas a los contratos otorgados en el gobierno anterior a Los Cachiros, entre otros casos emblemáticos.
En fin, la realidad, dura y cruda, vuelve a imponerse tras el largo asueto y hay que afrontarla con optimismo, con esperanza, con voluntad y disposición para superar los ingentes problemas que mantienen postrado a nuestro país, pero que entre todos, cada uno desde su trinchera, podemos levantar.