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Se buscan líderes

Se ha comprobado que para lograr los objetivos y las metas establecidas se requiere de un equipo de trabajo debidamente organizado y una estructura bien definida. Adicionalmente, es prioritario que cada equipo cuente con un líder que asuma la responsabilidad y cumpla funciones de director o asesor, para asegurar que el equipo funciona en forma eficiente y que se avanza en el cumplimiento de las responsabilidades asignadas.

Lo anterior es axiomático y no importa si se trata de un gobierno o de una empresa o de una organización filantrópica, los líderes son imprescindibles en todo equipo de trabajo. Un buen líder se involucra y dedica su energía al cumplimiento de los objetivos, con lo cual motiva a su equipo, infundiéndole compromiso y entrega. El líder conoce a su equipo, asigna responsabilidades de acuerdo con las fortalezas y habilidades de sus integrantes.

El líder predica con el ejemplo, sabe entrenar y escuchar, es un buen comunicador para que así cada integrante pueda desempeñar sus tareas en forma responsable y eficiente. El líder está consciente que ninguna persona es capaz de lograr los objetivos deseados por sí sola y por lo tanto tiene la capacidad de seleccionar integrantes de su equipo que puedan aportar conocimientos, trabajo arduo y se sientan comprometidos con las responsabilidades y tareas asignadas al equipo.

Todo lo anterior también es aplicable a los que gobiernan un país y a aquellos que se nutren de la política. Generalmente en período de elecciones los políticos ofrecen el cielo y las estrellas e iniciar transformaciones estructurales para mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos, sin embargo, al llegar el poder se olvidan de todo y solo actúan para su propio beneficio y el de su séquito.

En nuestro país, los líderes políticos deben entender que los hondureños somos todos, independientemente del partido político a que pertenece cada uno. Una vez terminada una contienda electoral, el ganador debe asumir la responsabilidad de velar por el bien común y el de todos los ciudadanos, en lugar de incitar al enfrentamiento, al odio y a ver al contrario político como un enemigo con el que hay que terminar. Los políticos deben aprender a conversar con el contrario, a entablar diálogos constructivos con respeto, dejando de lado los insultos, las mentiras y las descalificaciones.

Un buen gobernante se debe convertir en el líder de todo su equipo de gobierno y buscar el bienestar de todos los ciudadanos. Para cumplir con sus promesas políticas el gobernante debe incorporar a su equipo a los hondureños más calificados y honestos y definir las prioridades y los objetivos deseados, estableciendo mecanismos para dar seguimiento y asegurar que cada equipo está trabajando hacia el cumplimiento de dichos objetivos.

Honduras tiene un enorme potencial para su desarrollo integral, pero el país necesita un liderazgo positivo, que unifique las fortalezas de todos los sectores para aprovechar todo ese potencial y ofrecer a todos los hondureños, no solo a los del partido que está en el poder, la oportunidad de avanzar en forma integral, de tener un empleo digno y de dar a su familia un mejor futuro. No puede ser que la solución sea migrar hacia otros países en busca de las oportunidades que su Honduras no puede darles.