Columnistas

Las grandes líneas de la educación en el siglo XXI

La Pandemia del covid-19, desde marzo de 2020 modificó los procesos académicos y los vínculos socioemocionales que se desarrollan entre los actores del proceso educativo en los centros de enseñanza. Pasamos de una modalidad estrictamente presencial hacia la modalidad blended learning (combinación de presencial y virtual) o E-learning (completamente virtual). En este proceso de ruptura y quiebre, quienes sobrellevaron los mayores costos económicos, emocionales, logísticos y de responsabilidad, fueron los padres de familia, docentes y estudiantes, y los tres actores, contaban con mínima formación tecnológica. Esto plantea una preocupación por los aprendizajes escolares en todos lo niveles, puesto que ni las universidades ni los ministerios de educación del mundo estaban preparadas para escisión y cambio radical que conllevó la pandemia y sostener los sistemas educativo abiertos. Por ende, las respuestas no fueron inmediatas y en algunos casos, aun se trabaja sobre el ensayo y error.

En el mes de mayo de 2022, se combinan dos eventos significativos para la vida de los sistemas escolares en su conjunto, que brindan esperanzas de cambio y un interés genuino por sacar avante la educación. El primero de carácter global, es el desarrollo de la III Conferencia Mundial sobre Educación Superior, realizada en Barcelona, España del 18 al 20 de mayo. En la misma, rectores/as y académicos del mundo se reunieron bajo el auspicio de la UNESCO para abordar la hoja de ruta y retos hacia el futuro de la educación superior. La conferencia se realizó bajo la mirada del cumplimento del Objetivo 4 de Desarrollo Sostenible: “Garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos” y con propósito de garantizar que la educación superior sea priorizada y trabajada como parte integrante del derecho a la educación. Existió consenso, que la educación superior debe estar basada en principios de: a) inclusión, equidad y diversidad; b) integridad y ética; c) libertad académica; d) sostenibilidad y responsabilidad social; e) cooperación para la excelencia; y f) la promoción de la investigación, el pensamiento crítico y creatividad. Bajo las misiones de: educar la ciudadanía; compartir conocimientos para garantizar una ciencia abierta, con abordaje humanista y transdisciplinar; articulación con la sociedad, con responsabilidad ética.

En el cierre de la III conferencia, Stefanía Giannini, subdirectora General de Educación de UNESCO, declaró que los sistemas educativos deben pasar por las siguientes transiciones en los próximos años: De un sistema de exclusión a la inclusión; de un aprendizaje disciplinario al aprendizaje holístico; de carreras específicas a la transdisciplinariedad; de una etapa de culminación a un aprendizaje a lo largo de la vida; de un modelo jerárquico a un modelo más flexible y diverso; de modelo basado en contenidos a un modelo transformador, al servicio de educandos, docentes y de la investigación. Es decir, las universidades del mundo y las hondureñas en particular, deben revisarse en su quehacer, transformarse (refundarse) para la mejora continua y responder a las necesidades de la sociedad y como soporte para el desarrollo humano inclusivo e impulso del aparato productivo nacional, con respeto a los derechos humanos, y el potenciamiento de las habilidades para la vida. Se plantea la cooperación, no con fines de competencia para los rankings, sino de abordar juntos los problemas de exclusión que sufren los sectores más desfavorecidos que viven en situación de extrema pobreza y vulnerabilidad y tienen sendas dificultades para acceder educación superior.

Cabe señalar, que la UNESCO presentó el informe de la Comisión Internacional sobre los Futuros de la Educación: “Reimaginar juntos nuestros futuros, un nuevo contrato social para la educación”, el cual se sustenta en dos principios fundamentales: asegurar el derecho a una educación de calidad a lo largo de la vida y reforzar la educación como bien público y común. Para ello propone, por ejemplo, que la “educación superior debe ser una firme defensora del acceso libre y abierto al conocimiento y la ciencia cuando se trata de becas académicas, materiales de aprendizaje, software y conectividad digital, entre otros. Es importante señalar que el término “abierto” no solo se refiere a la disponibilidad y la facilidad de acceso, sino que también implica que las personas pueden modificar y manipular información y conocimientos (p., 79). Obviamente, desde el Estado se les debe asignar los recursos financieros que permitan su operatividad, con el compromiso que los mismos sean invertidos de manera eficiente, responsable, transparente y con rendición de cuentas a la ciudadanía.

El segundo evento de trascendencia regional, fue el desarrollo de la III Reunión de Ministros y Ministras de Educación de América Latina y el Caribe, realizado en la Ciudad de Buenos Aires, los días 26 y 27 de mayo de 2022, convocados por UNESCO. En la Declaración de Buenos Aires 2022, los gobiernos representados a través de sus Ministros/as, reconocen y renuevan los compromisos y acuerdos de las reuniones anteriores (I Buenos Aires y II Cochabamba). Asimismo, dentro de los trece acuerdos establece que se deben tomar acciones urgentes para recuperar y transformar nuestros sistemas educativos; brindar esperanza a una generación entera de niñas, niños y jóvenes; priorizar la educación en la agenda pública de los países; garantizar el adecuado financiamiento estatal de la educación; el pleno retorno presencial a los entornos educativos y las actividades académicas de niñas, niños, adolescentes y jóvenes; reintegrar a los que han salido del sistema; fortalecer los programas de alimentación escolar integral, de servicios de salud mental y física, agua y saneamiento; fortalecer la intraculturalidad e interculturalidad en los sistemas educativos; inclusión digital y promover el desarrollo y uso de tecnologías digitales; reconocer a los trabajadores de la educación y a sus organizaciones, todo ello con miras a superar la mayor crisis educativa que ha vivido la región en todos los tiempos.

Además, los Ministros/as trazaron la ruta, para la Cumbre sobre la Transformación de la Educación convocada por Naciones Unidas y que tendrá lugar el 19 de septiembre de 2022 en Nueva York. En definitiva, la UNESCO junto a autoridades académicas mundiales y regionales, plantean una orientación inclusiva bajo el lema o promesa de “No dejar a nadie atrás”, para lo cual es imperativo que las naciones se comprometan con la inclusión y acelerar el progreso para aquellos más atrasados y en condiciones de vulnerabilidad.