Por la sola condición de ser mujer, en una sociedad como la nuestra, dividida en grupos de interés, se está en una situación de desventaja, especialmente, frente al trabajo. Según estudios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), en Honduras se observa que el salario promedio de estas últimas es menor, sobre todo en los niveles educativos más bajos. Por cada hora trabajada las mujeres reciben ingresos laborales que son, en promedio, 17% inferiores a los de los hombres que tienen la misma edad, educación y tipo de trabajo.
El desempleo, según estudios del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (Cohep), afecta más a las mujeres con una tasa casi el doble que la de los hombres. En el mismo estudio de los empresarios, en el país, al menos un 6.2% de los hombres se encuentran desempleados a diferencia de 12.9% de mujeres, lo cual evidencia la desigualdad en la que viven las mujeres.
En ocasión de la celebración del Día de la Madre, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) mediante comunicado revela la dolorosa situación de la mujer. Según el comunicado en referencia, el 38.2% de los hogares tienen como jefa a una mujer, donde el 24.4% de los casos trabajan por cuenta propia y el resto trabaja en el sector público como en el privado. Este es un problema que va en ascenso, en 1988 únicamente era del 20.6%, pero en la actualidad se está a punto de llegar al 40%.
La Secretaría de Salud (Sesal) registra datos dolorosos sobre embarazos de niñas y adolescentes. Entre el 2018 y 2023, al menos unas 142 mil niñas entre 8 y 14 años han sido víctimas de abuso sexual y han quedado embarazadas. En este tema, Honduras está entre los primeros lugares en América Latina. Por donde se le vea, la situación de la mujer en Honduras es sumamente delicada y casi todos los indicadores referentes a las condiciones sociales y económicas de la mujer están en deuda, problema que se va deteriorando con mayor dramatismo y velocidad en el tiempo.
Un hecho considerado como la forma más extrema de la violencia es el feminicidio, que es la muerte violenta de las mujeres por razones de género, teniendo como origen la desigualdad, es decir, la posición de subordinación, marginalidad y riesgo en que se encuentra la mujer respecto a los hombres. De los 19 países de América Latina que informaron sobre la muerte violenta de mujeres y feminicidios en el 2023; Honduras tiene el primer lugar.
Ninguna sociedad o persona es libre, en tanto se atropellen los derechos de las mujeres, en otras palabras, nadie es libre si restringe el derecho de los demás. Toda estrategia de desarrollo humano, si es que no se queda en la simple declaración, debe incluir la plena igualdad de la especie humana y la promoción de la familia, no solo como reproductora natural de la vida, sino como unidad de reproducción de valores.
Una estrategia gubernamental de defensa de los derechos de la mujer no puede ser segmentada; considerando que los derechos de la mujer son los mismos derechos humanos que reconocen y protegen la dignidad de toda la sociedad y sus especificidades.