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¿Fin del nuevo orden mundial?

l presidente de Estados Unidos, Donald Trump, parece dispuesto a terminar con el llamado orden económico surgido después de la Segunda Guerra Mundial. La principal divisa de ese nuevo orden era el libre mercado y el ensanchamiento del comercio mundial, Estados Unidos estaba a la vanguardia de ese modelo. Con la llegada del neoliberalismo y la derrota del llamado socialismo real encabezado por la extinta Unión Soviética, el mundo pasó momentáneamente de un mundo bipolar a un mundo unipolar. El fin de la historia, decían los ideólogos del capitalismo. En la actualidad vemos un mundo multipolar, cuestión que no le agrada a la principal potencia del mundo, eso le hace perder hegemonía mundial.

Los organismos derivados del nuevo orden mundial y que fueron respaldados por Estados Unidos, hoy se quejan de la falta de voluntad de la que sigue siendo una potencia de primer orden, los Estados Unidos. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha criticado a Donald Trump por socavar el sistema económico mundial elevando los aranceles y adoptando medidas para disminuir las importaciones. Algunos funcionarios del Banco Mundial han expresado su preocupación por la política de Trump en su excesivo nacionalismo económico y su recelo frente al multilateralismo. Lo que se está impulsando desde los Estados Unidos contraviene postulados del capitalismo de libre competencia.

En estos días se está desarrollando la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU), con una agenda muy amplia sobre temas que aquejan a la humanidad, aspectos como impulsar los esfuerzos multilaterales para la erradicación de la pobreza, la calidad de la educación, la acción contra el cambio climático y la inclusión; no obstante, el presidente de Estados Unidos, en un manifiesto desprecio a la comunidad internacional, ha convocado a un cierto número de países, incluyendo Honduras, para discutir otros temas que no tienen nada que ver con la agenda de la ONU, más pareciera que es un boicot a los esfuerzos que se hacen por abordar temas relevantes dentro de una perspectiva universal.

El problema migratorio, tal como lo está abordando la administración Trump, es una manifestación de un nuevo enfoque doctrinario, que se orienta a cerrar filas en torno a un nacionalismo trasnochado.

El gobierno estadounidense adopta decisiones sobre este problema violentando los derechos humanos y obligando a los Estados vecinos como México, Guatemala, El Salvador y Honduras a adoptar la condición de “tercer país seguro”, para retener la migración fuera de sus fronteras, bajo amenaza de cortar la ayuda y aplicar sanciones que impliquen la puesta en marcha de aranceles al comercio, lo cual es contrario a la Carta de la ONU, que señala que no se puede hacer uso de la fuerza o amenaza alguna en contra de la independencia política de un Estado.

Se ha llegado a una situación en la cual lo que se tiene no ha sido capaz de resolver los problemas, pero las tendencias que se dan son todavía peores. El uso irracional de los recursos naturales, la contaminación medioambiental y la exclusión social que se está experimentando ponen en grave riesgo la existencia humana.