Columnistas

Dos años de guerra de Ucrania en nuestra mesa

De Tegucigalpa a Kiev hay 10,637 kilómetros, está lejos y más lejos. No tenemos vínculos culturales con Ucrania: nada se sabe acá de su música, sus libros, su cine, sus comidas y su gente. Quizás por eso la indiferencia de los hondureños a su guerra -tan espantosa como todas- sin saber que tiene un notable impacto en nuestra endeble economía.

Los panes en la mesa, los cereales, algunas carnes, la infaltable tortilla de harina para las baleadas, el combustible que mueve camiones de mercancías, buses de pasajeros y hace útil nuestro carrito, de repente tienen mucho que ver con Rusia y Ucrania, que el sábado cumplieron dos años de horroroso conflicto armado.

Un dato revelador y casi desconocido por todos: el 77% de los fertilizantes que ingresan a nuestro país vienen de Rusia; de modo que las restricciones impuestas por Estados Unidos y Europa a Moscú nos afectan la producción del maicito, las legumbritas, las frutitas, los frijolitos, el arrocito, así en diminutivo como habla apacible el hondureño.

Apenas despertábamos de la pesadilla de la pandemia de covid-19, que juntó el devastador virus con una deplorable corrupción estatal para descendernos a inéditos estadios de pobreza, incluso para nosotros, habituados a la pobreza y a la crisis perenne, y ahora tenemos los efectos de la guerra para demostrar que siempre pierden los mismos.

Tan distante de nosotros pareciera que el retumbar de la guerra no nos alcanzaría; aunque los efectos no son directos, sí lo son para otros países vinculados con el nuestro en el norte y en el sur de América o de la misma Eurozona y ha venido a desacelerar nuestro crecimiento económico, apretar la inflación y alarmar la frágil seguridad alimentaria.

Rusia y Ucrania lideran el mercado mundial de varios cultivos, fertilizantes y metales esenciales para la industria. Sólo en 2021 los ucranianos sembraron 17 millones de hectáreas -más que el territorio de Honduras-, controlan el 50% de la exportación de aceite de girasol del mundo, son terceros en cebada, cuartos en maíz y quintos en trigo. Ya quisiéramos...

Volodomir Zelenski, un comediante de la tele que pasó a ser presidente de Ucrania, tenía acusaciones serias de corrupción y otras barbaridades; se distrajo anunciando en poner bases de la OTAN -enemiga de Rusia- en la frontera común, violando acuerdos y advertencias; la tensa relación devino en la terrible guerra.

Los dueños del mundo, como actúan estadounidenses y europeos, sancionaron a Rusia bloqueando el mercado, incluso dándose un tiro en el pie, porque varios países europeos dependen del gas y el petróleo ruso; y encima Rusia bloqueó la salida a puerto de los productos ucranianos.

Como la influencia de Honduras en el mundo es casi nada y aunque maldigamos cuando aumenta el precio de la gasolina, el pollo, el aceite, el pan y hasta las cervezas, sólo nos queda esperar que la lamentable guerra termine.